En apenas dos semanas, la prisión provincial de El Acebuche comenzará a hacer realidad la mayor transformación en sus estructuras desde que fuera inaugurada en 1986 y contará, tal vez como nunca antes desde entonces, con unas instalaciones dignas que harán olvidar décadas de olvido, falta de inversiones e imágenes en los medios que hablaban de mobiliario llegado de cárceles que se cerraban y en pésimo estado (de Carabanchel llegaron mesas con insectos en sus cajones), falta de inversiones, servicios básicos en pésimo estado y unas condiciones de habitabilidad que, junto con el hacinamiento (de hasta 3 y 4 presos por celda se llegaron a contabilizar), hacía de la prisión almeriense una de las más incómodas tanto para el millar de internos como para los funcionarios que en ella trabajan, de toda la comunidad autónoma.

La eliminación de uno de los campos de fútbol y su adecuación para las futuras instalaciones contaron con un presupuesto de 7,5 millones de euros para su rehabilitación, una de las pocas partidas hábiles para la provincia en las cuentas del Estado para los últimos ejercicios. La ampliación en cuatro nuevos módulos y la mejora de otros espacios que se encuentran prácticamente finalizados, de forma que se encuentra a la espera de se proceda a su apertura oficial (el acto tendrá lugar a la espera de la llegada de algún representante de Instituciones Penitenciarias, presumiblemente su director general, Ángel Yuste)

Actualmente está en marcha el proceso de formación de los funcionarios que se harán cargo de la gestión de las nuevas dependencias antes del traslado de presos a las mismas, algo que ha llevado a constantes protestas por parte de sus representantes que han sido contestadas desde la dirección.

Las obras han consistido en la creación de cuatro nuevos módulos, la rehabilitación integral de un edificio para el departamento de comunicaciones, la rehabilitación parcial de la enfermería del centro, la remodelación del acceso, la construcción de una nueva nave para el almacenaje y la rehabilitación de la cocina con nuevas cámaras frigoríficas así como del módulo de residencia número siete. La reforma y ampliación del centro penitenciario de Almería ha llevado a una ampliación de 152 celdas dobles. El objetivo final de todo esto es que la prisión de Almería esté completamente rehabilitada y dotada de las mínimas condiciones de dignidad, tanto para los internos como de los funcionarios que se ha resistido a tener en los últimos cinco lustros. Según cifras del pasado mes de noviembre, en El Acebuche hay cumpliendo condena en torno a 1.000 presos. Parecen haber quedado lejos las cifras de ocupación que llegaron a ser de hasta 1.300 internos en sus 555 celdas individuales y 6 habitaciones colectivas.

Una de las mejoras más demandadas por los funcionarios es la mejora del módulo de comunicaciones, necesario si se produce un aumento en el número de internos cuando los cuatro módulos estén operativos. En las nuevas instalaciones , se ampliarán las visitas familiares, íntimas y en régimen de convivencia. Asimismo, se habilitará un nuevo edificio como almacén general, con una mejora en la esclusa de acceso al centro.

Además, se va a reformar la cocina (tiene las mismas instalaciones que cuando se abrió), las cámaras frigoríficas y el servicio de lavandería con una mayor dotación de sus instalaciones actuales. Una de las dependencias penitenciarias que se verán directamente afectadas por las obras de mejora generales será la enfermería. En las nuevas instalaciones estaba prevista la construcción de un montacamillas para facilitar el traslado de los internos. En ese mismo sentido se reformarán los aseos y se generará el suficiente espacio como para poner en marcha un taller ocupacional.