Almería

La otra cara de la Ley de Dependencia

  • A sus 71 años, Encarna tiene a su cargo a su marido de 74 con alzheimer y a su hijo de 43 años con discapacidad intelectual · La anciana pide ayuda a la Junta para poder sobrellevar la difícil situación

"Ya no puedo más". Encarna García tiene 71 años y asegura que apenas le quedan fuerzas para mantenerse en pie. La anciana tiene a su cargo a su marido de 74 años enfermo de Alzheimer y a un hijo de 43 con discapacidad psíquica. Asegura que el día a día es muy duro y que lo único que desea en este momento es que la declaren dependiente y "me ayuden". Encarna cuenta que espera desde hace meses alguna respuesta por parte de la Junta de Andalucía pero "la carta que tanto espero nunca llega".

A sus 71 años y con su organismo bastante deteriorado a consecuencia de los nervios por el papel que le ha tocado asumir en la vida, la simpática ancianita cuenta sus tareas rutinarias. Con muleta en mano, a poco más de las 08:00 horas comienza la jornada. Primero ayudar a vestir a su hijo, quien a consecuencia de una encefalopatía cornetal sufre una discapacidad del 64% y pesa 129 kilos. El joven acude todos los días al centro de Asprodesa en Roquetas de Mar. "A veces es muy difícil tratar con el porque se niega a las cosas". Yo lo tengo que bañar, al menos una vez en semana a fondo porque por su peso apenas tiene movilidad.

Luego le llega el turno a su marido que por el momento "se maneja medio bien pero aun así le tengo que ayudar porque no tiene demasiada estabilidad". "También siento miedo porque a veces coge la puerta y se marcha a la calle desorientado". Encarna y su esposo acuden de lunes a viernes al Centro de Estancias Diurnas de El Parador por el que pagan un curenta por ciento de su pensión. "Cobramos la agraria, la más baja con la que no llegamos a fin de mes". Encarna asegura que en su casa no se puden poner un primer y segundo plato encima de la mesa. "Uno y la fruta porque no hay para más".

El hijo de la anciana, que reside en el domicilio familiar, apenas percibe una ayuda por discapacidad "que nos ha costado una lucha conseguir y con la que después de todo nos da para pagar la estancia en la asociación Asprodesa y su vestimenta". La madre detalla que "la ropa tiene que ser especial, no puedo ir a un mercadillo a comprar". Así puso como ejemplo la ropa interior por la que tiene que pagar hasta 30 euros al ser de un tallaje más grande del habitual.

La anciana de 71 años pide a la Junta de Andalucía que valoren su situación y manden a una persona que le ayude en casa. "Desde el Ayuntamiento de Roquetas de Mar mandan a una asistenta que viene una hora al día si horario fijo y apenas le da tiempo a nada". El camino para conseguir esto ha sido bastante complicado para la familia. "Vino una señora a casa e hizo fotos por todos sitios, yo vivo en una casa en la que han contribuido toda mi familia que me han dados muebles, cuadros, un televisor e incluso cortinas".

El buen aspecto del inmueble hizo dudar al Ayuntamiento que en un principio denegó el servicio. Encarna García insiste en que son tres los que viven en la misma casa, con "ropas que lavar y planchar, comidas que preparar, compras que hacer y una casa que hay qu e mantener". Todo esto quizá lo podría hacer "si no tuviese a mi cargo a dos personas dependientes de mi". "Me he caído varias veces y hasta me he roto la cadera por intentar ser fuerte".

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