Almería

Un pasado desconocido y relacionado con los retos del mundo actual

  • Conferencia del doctor en Prehistoria, Roberto Risch, acerca de la sociedad y política argárica de hace 4.000 años Organización social y económica de núcleos argáricos en el Levante

El pasado jueves, el doctor en Prehistoria Roberto Risch rompió la cuarta pared del escenario al salvar la distancia entre el proscenio y la platea con una conferencia dirigida a la audiencia sin distanciamiento, sin lenguaje críptico, con rigor serio y científico, participativo y cálido. El argumento no era baladí: 'El Argar y Fuente Álamo: Sociedad y Política hace 4.000 años'. El Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, sus concejales María Dolores Moreno y José de Haro, acertaron plenamente en el lugar escogido: el Paseo Marítimo de Villaricos, un auditorio abierto e iluminado por una luna llena desprendida de la palmera como si estuviera inflada con helio. Tras la bienvenida a los asistentes y participantes de la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, Lola Moreno, el coordinador del acto Julián Pérez Flores, biznieto de Pedro Flores, capataz de campo de Luís Siret, hizo la presentación previa del ponente Roberto Risch.

Risch sabe de la civilización argárica lo que no está en los escritos, es una de las eminencias en este particular y seguro que también en otros prehistóricos. De cómo Luis Siret y su brazo derecho Pedro Flores detallaron sus hallazgos, hasta la recomposición del puzle aún inacabado de los asentamientos argáricos del cuarto y tercer milenio antes de nuestra era en el sudeste de la península, en lo que hoy son Antas, Cuevas del Almazora y Totana, el relato de Roberto Risch se asemejaba al argumento de una novela, de las que no pueden dejarse de leer y que una vez acabada sabe a poco.

Nada nuevo bajo el sol. Todo, absolutamente todo se repite adaptado a su tiempo. Se oye decir de Almería que es una provincia desconocida, poco promocionada. Ya sucedía en la civilización argárica. Los núcleos de población eran difícilmente visibles, estaban camuflados entre sierras, dónde nadie pudiera imaginar que hubiera un asentamiento. ¿Precaución? Seguramente. ¿Porqué edificar en las cúspide y no en las laderas de los montes? ¿Para aprovechamientos pluviales? Pudiera ser que sí. De lo que no cabe duda tras escuchar al doctor Roberto Risch, es que los pobladores argáricos no tenían ni un pelo de tontos.

Sí tenían en cambio clases sociales. Tal y como hoy día. Quienes tenían cebada, molinos y armas, llevaban la sartén por el mango y eso que entonces no las había. Lo dicho, los ciclos históricos se repiten: los que podían tenían enterramiento solemne, los que no pues no. Había propietarios e inquilinos, bancos y cuentacorrentistas, de cebada esos í. Edificios públicos en los que no había sepulturas y viviendas con su nicho, con su vasija. Y viviendas que no.

Si los antepasados argáricos eran listos, ¿como es que la civilización desapareció de un día para otro? ¿Porqué un final repentino? Roberto Risch, dicho en palabras llanas, es de la opinión que sobreexplotaron el territorio. Y la injusticia social entre ricos y probres. Una revuelta social.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios