Una vez superados los escollos burocráticos impuestos por la Consejería de Turismo para la apertura de la oficina municipal turística de la iglesia de Las Salinas, cuya tramitación se ha reiniciado estos días con la entrega de la declaración responsable, la instalación seguirá cerrada al público en el periodo de mayor afluencia de usuarios y visitantes. Así lo han decidido las empresas concesionarias de un servicio público que les fue adjudicado el verano del pasado año por el Ayuntamiento de la capital, Buceo Almería y ZonAktiva, al entender que sin suministro eléctrico no pueden mantener la actividad. Les niegan la luz y el funcionamiento de la oficina turística es inviable. Según argumentan a este periódico, el cura del templo rehabilitado corta la luz que generan placas solares a través de un interruptor al que ni siquiera tienen acceso para evitar quedarse sin electricidad en la misa de los domingos por la mañana.

Cuando concluye la ceremonia religiosa baja el diferencial del cuadro eléctrico que está en el interior de la parroquia, de manera que se mantiene apagado durante toda la semana porque los responsables y técnicos de las empresas no pueden entrar porque sólo tiene llaves una feligresa del barrio y el cura designado por el Diócesis de Almería. A pesar de los reiterados intentos del concejal delegado de la Empresa Municipal de Turismo, Juan José Alonso, por solventar el contratiempo que se viene repitiendo desde el verano anterior, la negociación entre el Ayuntamiento de Almería y el Obispado no acaba de llegar a buen puerto. Una situación que resulta más incomprensible si se tiene en cuenta que el consistorio almeriense aportó, a través de un convenio que firmaron previamente, 100.000 euros a las obras de rehabilitación que se completaron en septiembre de 2012 y contrató la instalación y montaje de placas solares para garantizar el suministro eléctrico del histórico inmueble a cambio de un espacio específico en el lateral, debajo del templo y adyacente a la cripta con acceso directo a la vía pública pero incomunicada con el resto de la edificación, para darle un uso turístico relacionado con el entorno natural en el que se ubica junto a la carretera de Cabo de Gata. El enfoque del acuerdo suscrito por ambas instituciones fue la de ejercer de oficina de turismo, pero también como sala de exposiciones y otras actividades que no han podido desarrollarse. Y es que sin luz a la que conectar, como mínimo, un ventilador y una máquina dispensadora de agua no hay quien aguante en la oficina un mes de agosto con temperaturas de infarto. Los responsables de las concesionarias aseguran que cuando han tenido que atender a varios usuarios y se formaban colas, la mayoría acaban desistiendo en su intento antes de ser informados al ser insostenible el bochorno en el interior de esta dependencia. "Sin luz no se abre", asegura Josema Castro, de Buceo Almería. Se han plantado a raíz de los requerimientos ya solventados de la Consejería de Turismo, entre los que se encuentra poner a disposición de los usuarios un teléfono público que, aún siendo móvil, no se podría recargar sin suministro eléctrico. Otro de los inconvenientes generados en su día a día por la falta de luz es la oscuridad de la oficina. Hay una ventana por la que suele entrar la iluminación de la pequeña habitación, si bien tienen que cerrarla cuando hace viento quedando casi a oscuras.

De hecho, es más que probable que los técnicos de la administración andaluza que ya informaron de las deficiencias de la oficina obligando al cierre vuelvan a poner sobre la mesa una serie de inconvenientes derivados de no tener suministro eléctrico. Para ser oficina turística faltaban sólo 1,19 metros cuadrados al inmueble, pero los han podido ganar sumando el pasillo de acceso, sobre todo ahora que Junta y Ayuntamiento ya han acercado posturas. Pero hasta que el Obispado les ilumine no se prestará ningún servicio.