Segunda corrida de abono y primer lleno en el coso de la Avenida de Vilches, con permiso de la clase práctica. Tan solo parte del tendido 7 se quedó sin cubrir en una nueva tarde de calor y bochorno en el coso taurino.

El excepcional cartel formado por la experiencia de Enrique Ponce, la clase de Morante de la Puebla y el desparpajo y acierto de José María Manzanares, hizo que la Plaza de Toros de Almería se volcase con los matadores.

El lleno absoluto colmó de colorido el feudo taurino. Los mantones rodearon, ya sí, toda la circunferencia de la plaza y los abanicos llenaron de colorines, una tarde más, las gradas y los tendidos.

El público estuvo cálido con los toreros en todo momento. Especialmente con el maestro de Chiva, Enrique Ponce.

El cuarto de la tarde, que le correspondió al diestro valenciano, levantó los aplausos y los vítores más sonados de la tardenoche.

Al terminar el paseíllo, Enrique Ponce recibió un homenaje de la afición almeriense, que le entrego un cuadro de la Santísima Virgen del Mar, la Patrona de Almería, por sus bodas de plata de alternativa. Fue entregado por Julio Gómez de la Asociación Amigos Taurinos de Almería.

El público abroncó al palco en el primero de la tarde por denegarle la segunda oreja al matador valenciano.

Con el sevillano Morante de la Puebla y con el alicantino Manzanares también se volcaron pero los mayores vítores y aplausos se los llevó el maestro de Chiva, siempre cálido con Almería.