Cursos de Verano de la UAL

El 95% de menores que delinquen logran reinsertarse laboralmente

  • Almería se ha convertido, gracias al trabajo en justicia juvenil, en un referente a nivel nacional y europeo. Conocer las características específicas que rodean a cada chaval es fundamental a la hora de actuar

Los medios de comunicación, una mala gestión e incluso el boca a boca han despertado en la sociedad una concepción equivocada de la delincuencia juvenil. La Universidad de Almería, dentro de sus cursos de verano, ha querido dotar de protagonismo a esta problemática, planteando soluciones e incidiendo en la conveniencia de los cambios conductuales dentro de un proceso de enseñanza-aprendizaje cíclico y retroalimentado.

Pasadas las diez de la mañana, los alumnos matriculados asistían en la sede de los cursos de verano de la UAL en el municipio de Purchena, a la primera ponencia que llevó a cabo Salvador Espinosa, Jefe del Servicio de Menores Infractores de la Dirección General de Justicia Juvenil, que quiso ejemplificar para demostrar que “es distinto cometer un delito a ser delincuente” y que “no hacemos milagros en los centros todo el mérito es de los trabajadores”.

El menor que delinque necesita ayuda por parte de profesionales, de su familia y de la sociedad. Este es uno de los principios pedagógicos en el que se sustentó la variedad de contenidos expuesta en la mañana de ayer. “Todas nuestras actuaciones tienen que girar en base a una futura reinserción social y laboral”, manifestó Espinosa que también realizó un repaso, aunque breve y ejemplificado, por la legislación vigente.

Pero, ¿cómo saber que un menor está reinsertado?, ¿son sinónimos reinserción y no reincidencia? El tiempo apremiaba y la ponencia se hacía breve. “Me quedan sólo cinco minutos para terminar”, anunció Espinosa, “y quedan aún varias cosas que decir”. El tema de los menores infractores da para mucho, y en buena parte, la UAL contribuyó con el curso inaugurado ayer a que “muchos profesionales salgan con nuevos conocimientos que en un trabajo como este hay que estar siempre actualizándose”, aclaró Espinosa. Por su parte, el Jefe del Servicio de Justicia de la DelegaciónProvincial, Pablo Viciana, impartió una ponencia en la que intentó que los asistentes se colocaran en el lugar de la víctima de la infracción o el delito para entender qué pautas deberían seguir en caso de tener que denunciar o comparecer en un juzgado. “La víctima es consciente de la importancia de su papel en todo momento, sobre todo a la hora de interaccionar con la policía o la justicia, su declaración como testigo es decisiva para la condena del imputado”, manifestó Viciana que ejemplificó con varios homicidios cometidos por menores en las últimas fechas.

La presencia del mediador como baluarte principal en diferentes procesos de diálogo también fue analizada por el Jefe del Servicio de Justicia de la Delegación Provincial, al considerar esta actitud como “una medida de justicia restaurativa”.

No todas las ponencias trataron sobre la práctica y los modos de actuar con menores. Diferentes teorías, desde las más antiguas a las de reciente deducción se dieron cita en la charla impartida por María José Benítez, técnico del Servicio de Medidas del Medio Abierto y Reinserción. Con una pirámide en la que figuraban los principales estamentos y pautas que deben seguir los menores infractores, Benítez daba comienzo a una ponencia que también se quedó corta en el tiempo en la que explicó los modos más tradicionales para definir a los jóvenes, analizando las características que conlleva cada uno. Debido a problemas de agenda de los diferentes participantes, la conferencia inaugural del curso tuvo lugar pasada la una de la tarde. Este último acto de la mañana contó con la presencia de Juan Carlos Usero, presidente de la Diputación Provincial, Manuel Madrid, director del centro de menores Tierras de Oria, Pedro Molina, rector de la UAL, JuanMiguel Tortosa, alcalde de Purchena y Manuel Ceba, delegado de Justicia.

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