"Tenemos la obligación y el deber de transmitir a las nuevas generaciones el espíritu benemérito, valores y principios que heredamos de nuestros antepasados". El coronel jefe de la Comandancia de Almería, Francisco Jiménez, ensalzó ayer en su alocución con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar la capacidad de respuesta humanitaria y solidaria que los agentes de la provincia siguen demostrando cuando se producen situaciones de riesgo y catástrofes como riadas, naufragios e incendios. Y lo hacía porque cuatro de los agentes que ayer fueron reconocidos durante la tradicional conmemoración de la patrona de la Guardia Civil se jugaron la vida por los demás en hazañas y proezas al alcance de sólo unos pocos hombres y mujeres abanderados de ese espíritu benemérito, que quiere decir digno de galardón.

Su discurso en el patio central de la Comandancia, que habitualmente sirve de aparcamiento, precedió precisamente a la ofrenda floral y oración por los agentes que han perdido su vida en el cumplimiento del deber. La conmemoración, para la que fue engalanada el acuartelamiento almeriense con banderas nacionales y emblemas de la Guardia Civil, fue presidida por el subdelegado del Gobierno, Andrés García Lorca, quien aprovechó la presencia masiva de familiares y amigos de la Benemérita para hacer una reflexión crítica y contundente contra el proceso separatista y la consulta promovida por la Generalitat en Cataluña. Felicitó a la Benemérita, que ayer honraba a su patrona en los 44 cuarteles repartidos por la provincia, porque han conseguido reducir un 15,5% los delitos en el campo gracias a la intervención permanente del Grupo ROCA que en agosto cumplía un año. Otra de las estadísticas que puso sobre la mesa el subdelegado fue la de robos violentos en viviendas, delitos por los que han sido puestos a disposición judicial más de 280 personas en los diferentes municipios almerienses. Y es que las estadísticas de criminalidad han caído un 4% en los seis primeros meses del año, indicador por el que quiso "felicitar en nombre del Gobierno al coronel jefe y a todos sus hombres y mujeres". La fiesta de la Guardia Civil comenzó a las doce del mediodía cuando, tras un goteo de llegada a la Comandancia de las autoridades y representantes de las administraciones en la provincia, la unidad de honores fue revistada por el subdelegado y el coronel jefe. Minutos antes había tenido lugar la misa por el pater de la Legión, quien tras la ofrenda floral también protagonizó la emotiva oración por los caídos.

Los reconocimientos comenzaron con la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, en su modalidad plata, a los dos componentes del Puesto de Pulpí que auxiliaron y rescataron a un hombre y a su hija de 11 años cuando estaban a punto de ahogarse en una playa de San Juan de los Terreros. Fue tal el riesgo que corrieron los agentes aquella tarde que llegaron a necesitar asistencia médica.

A continuación se impuso la Cruz de la Orden del Mérito, con Distintivo Rojo, a dos agentes del Puesto de Vícar, Víctor Manuel Vera y Juan Horacio, quienes rescataron de las llamas en una casa de Vícar a un hombre de 39 años a punto de fallecer a consecuencia de la inhalación de humo. Tanto el rescatado como los agentes tuvieron que ser ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Poniente. Hazañas que han puesto en primera línea la cara más humanitaria de la Guardia Civil y ese espíritu benemérito que deben proclamar siempre. También se impuso la Cruz de la Orden del Mérito, con Distintivo Blanco, a los autores de varias operaciones en la lucha contra la delincuencia como "Villanos" y "Apocalipsis IV" por parte de la Unidad Orgánica de Policía Judicial. La primera permitió detener a los seis integrantes de un grupo organizado responsable de más de 120 robos a personas mayores y la segunda desarticular una importante red de tráfico de cocaína en colaboración con la Policía de Suiza. Además fue reconocida la labora llevada a cabo por los agentes encargados de planificar el Plan Director de la Guardia Civil en los centros educativos y el inspector jefe de la Policía Nacional, Pedro García, por la estrecha colaboración que mantiene con la Benemérita con su Cruz al Mérito, con Distintivo Blanco. Al igual que en años anteriores, otros galardones se entregaron al cuerpo de oficiales, suboficiales y escala de cabos y guardias por su permanencia al servicio de los ciudadanos durante más de 15, 25 y 30 años. El desfile de unidades, entre ellas los motoristas de tráfico, buzos y perros del servicio cinológico, cerró la fiesta del Pilar.