Almería

La estimulación magnética del cerebro, eficaz para rehabilitar el ictus

  • Llega a la capital una novedosa técnica para el tratamiento de diversas enfermedades en su fase crónica

La estimulación magnética de las células nerviosas en el cerebro puede acelerar la recuperación de los pacientes que han sufrido un ictus. Así lo ha asegurado el neurólogo Antonio Oliviero, médico e investigador sobre la Estimulación Magnética Transcraneana en el Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, y el encargado de la formación de los profesionales de la nueva unidad creada en Almería. Oliviero ha detallado que se aplican al cerebro "campos magnéticos o eléctricos para producir los efectos clínicos deseados, entre ellos quitar el dolor a los pacientes que lo sufren con carácter crónico y que, después de recibir tratamiento farmacológico, no han obtenido los beneficios esperados".

"El propósito de esta técnica es obtener efectos similares a los que producen los fármacos, actuando en zonas concretas de la corteza cerebral y además se pueden monitorizar los efectos producidos midiendo cómo varía el flujo sanguíneo cerebral cuando es estimulado, o cómo cambia el electroencefalograma". Estas técnicas están mostrando su efectividad en porcentajes que oscilan entre el 40 y el 60% de los pacientes crónicos. Se trata de "poderosas herramientas" que se usan también con resultados terapéuticos prometedores en el tratamiento de trastornos neuropsiquiátricos, como la depresión, la ansiedad, el déficit de atención o el estrés postraumático.

La técnica a la que ya se pueden someter los almerienses en el Instituto Neurobia, suele aplicarse en sesiones que pueden variar entre los tres y los 35 minutos. "Depende de cada caso", ha señalado el neurólogo. En cuanto al número de sesiones, suelen ser sobre unas 10 distribuidas entre tres y cuatro semanas. Por sus efectos en la neuromodulación y activación de la plasticidad cerebral es una técnica que cada vez se está utilizando más en diferentes situaciones clínicas. Entre ellas, depresión; ansiedad; estrés postraumático; esquizofrenia; adicciones; trastornos obsesivos-compulsivos; trastorno del desarrollo neurológico; trastorno del espectro del autismo; trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH); enfermedad de Parkinson; distonía; síndrome de Tourette; esclerosis múltiple; demencia tipo Enfermedad de Alzheimer y otros tipos de alteraciones cognitivas; el ya señalado ICTUS o infartos cerebrales con alteraciones motoras o sensitivas; dolores neuropáticos y trastornos del sueño.

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