La ruta del Mediterráneo Oriental, fórmula de entrada que utilizan para hacer llegar la droga a Europa, sigue cobrándose detenciones gracias al trabajo que desarrollan, entre otros, los agentes de la Agencia Tributaria. El domingo pasado, una de estas embarcaciones fue divisada a unas 40 millas náuticas al sur de Almería, por una dotación de presa de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria a bordo de la patrullera Cazadora de la Armada Española.

En esta operación, en la que también participó la Policía Judiciaria de Portugal, se encuentra una cantidad ingente de droga, se estipula que entre 10 y 15 toneladas de hachís, algo queda por determinar debido a que el incendio que se produjo no ha permitido una rápida extracción del material incautado.

Sus diez tripulantes, cinco portugueses, dos senegaleses, un español, un guineano y un ghanés fueron detenidos. En el momento del abordaje, los tripulantes del pesquero hicieron explosionar un bidón de gasolina con el fin de incendiar el barco y hacer desaparecer la droga que transportaban.

Los funcionarios de Vigilancia Aduanera consiguieron apagar el fuego y hacerse con el control del barco. Como consecuencia de la explosión, dos de los tripulantes del pesquero resultaron heridos y fueron evacuados por Salvamento Marítimo de Almería para su atención hospitalaria.

La investigación ha sido desarrollada por la Policía Judiciaria de Portugal, con la colaboración de la Agencia Tributaria, Guardia Civil (UOPJ-Pontevedra), Policía Nacional y se ha contado con el apoyo del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), del MAOC-N, de la Armada y del Ejército del Aire español, que colaboró en la localización del objetivo. Las investigaciones de la Policía Judiciaria de Portugal señalaban que un pesquero de nombre 'Eiskos' y bandera portuguesa podría haber recibido una importante cantidad de hachís y se encontraría navegando por el mar Mediterráneo.

Tras solicitarse la colaboración de la Agencia Tributaria para su detección y abordaje, el pesquero fue localizado en aguas al sur de Almería, y con la correspondiente autorización de las autoridades portuguesas se procedió a su interceptación.