Almería

Historias bajo la Rambla

  • Los sin techo han creado un submundo entre agua, humedad, cartones y colchones para dormir bajo el puente de las Almadrabillas

El Puente de las Almadrabillas, pero no el del Cable Inglés, sino en el que desemboca la Rambla, se ha convertido en un mundo de vida improvisado en el que los sin techo han creado una vivida para nada digna, pero que, al menos, les resguarda de ciertas inclemencias, no de todas, pues la humedad tiene quer ser un lastre cada noche, cuando estas personas que han decidido establecer su residencia allí, al no tener la posibilidad de encontrar otra digna, utlizan los colchones que han colocado sobre un muro de poco más de metro y medio de ancho, pero, al menos, hasta allí no llega el agua del mar que inunda una zona en la que la basura es la protagonista. Cada mañana, las palomas hacen uso de este lugar para aprovisionarse de comida.

No es una novedad, pues esta desembocadura, prácticamente desde su creación, nunca ha estado libre de las basuras generadas por los almerienses. Sería impreciso determinar un reparto de culpas (o a alguien en particular), pues lo que se encuentra en esta zona son botellas de refrescos, cervezas, cartones de vino e incluso de leche, bolsas y restos orgánicos cuya solidez hace que sea imposible su filtración, pero sí su arrastre, lo cual significaría que no estaban depositadas en el sitio correcto. A esto hay que añadir la existencia de indigentes haciendo vida bajo el puente, a los que también se les podría achacar la acumulación de suciedad.

En mitad de un olor nauseabundo (el mismo que inunda esta parte de la capital durante determinadas fases del año) y con el techo del puente como única protección. Así se encuentra la desembocadura de La Rambla en la actualidad. Las aves, en busca de comida, se aglutinan en a un par de metros del agua, logrando encontrar minúsculos restos de comida desaprovechados que van a parar a la arena.

Y así pasan los días bajo un puente que se encuentra en plena zona turística de la capital y que, aunque en ocasiones se limpia, lo cierto es que es complicado tenerlo absolutamente pulcro diariamente, pues es un lugar al que van a parar no solo los residuos que llegan desde el mar, sino también los que se filtran a través de la Rambla. El caso es que hasta estos lugares son aprovechados por la gente sin hogar para hacer uno.

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