la provincia con las madres más jóvenes de España y con mayor número de partos, pero existe un envejecimiento poblacional inquietante en determinadas zonas. El interior se está despoblando y no se regenera, en especial los municipios de Filabres y la Alpujarra almeriense.

El interior de la provincia es la zona más envejecida de toda Andalucía, además, sin encontrar un parangón similar, tan solo se le aproxima una zona muy vecina, la de la Alpujarra granadina. Existen municipios como Beires con una edad media de sus ciudadanos de 61,4 años, por los 55,3 de Velefique, 55,8 de Olula de Castro o los 60,1 de Velefique. En el otro extremo se encuentra la Almería joven, pegada a la costa. Ahí se encuentran localidades como Huércal de Almería, con la población más joven (33,1 años de media), y otros como la capital con apenas 39,4,. En 2010, los menores de 18 años representan el 21,3% de la población total, unos índices que, a pesar de ser bajos, están por encima de la media nacional. Pero, aún así, son 22 puntos menos que en los inicios del siglo XX. Sin embargo, sí existe un aumento constante de la población mayor de 65 años. En 2010, representan el 13,6% de la población total, mientras que a comienzos del siglo pasado eran tan sólo el 4% del total. La comunidad andaluza lo supera, alcanzando casi un 15%. En cuanto a los municipios, los que más han envejecido sin Benitagla, la localidad con menos habitantes de la provincia, y Beires. En esta última, su población mayor de 65 años supone el 51,2% de todos los habitantes. En el lado opuesto se sitúa Huércal de Almería, con un 6,2% de ciudadanos que superan los 65 años.

Le siguen Roquetas de Mar (6,1%), El Ejido, (7,1%), La Mojonera (7,2%) y Vícar, con un 7,5%. No es complicado encontrarle respuestas a este hecho. Los municipios con tasas de población joven más elevadas vuelven a ser los costeros. Conforme van terminando sus estudios, los jóvenes nacidos en municipios centrales de la provincia encuentran en Almería, Roquetas o El Ejido, entre otros, más oportunidades para desarrollar sus actividad profesional. Por eso, los municipios de interior elevan sus porcentajes de población envejecida. El destino de estos municipios es todavía una incógnita.