Almería

El paro no concede tregua en la periferia de la capital

  • Con respecto a 2013, el desempleo desciende en los barrios del centro y su entorno, pero se mantiene y aumenta en los de la periferia La situación afecta a más de 20.000 personas

En términos generales, el paro viene descendiendo en la capital almeriense, pero quizás no como la población espera, pues lo hace a un ritmo lento. Algo es algo. Sin embargo, los que peor parte se llevan son los ciudadanos que viven en la periferia, y dentro de esta se encuentran los barrios más dañados social y económicamente. La Chanca, El Puche, Los Almendros, parte del casco histórico, La Fuentecica, Araceli o San Valentín no mejoran con respecto al análisis que se establece del paro registrado en el último año. Sí lo hace la zona centro, en la que se puede encuadrar además de las habituales calles con más vida comercial (Paseo, Rambla u Obispo Orberá) y donde más aumenta es en la zona Oeste, arrastrado por el drama que se vive en Pescadería, con zonas en las que se llega hasta el 80% de paro y una media de más del 60%.

En Almería, más de 70.000 personas han tenido que pedir productos de primera necesidad al banco de alimentos en los últimos años, cerca de 3.000 acuden a comedores sociales o similar diariamente y cerca de medio millar de personas se encuentran sin techo. En el lado contrario, más de 4.000 almerienses guardan en su caja fuerte más de 300.000 euros. Pero donde verdaderamente ha afectado con menos compasión la crisis ha sido en los barrios desfavorecidos, y es que muchos de ellos se encuentran desempleados en términos económicos, pero también sociales y eso es un lujo que ciudades como Almería y el resto de los municipios de su provincia no se pueden permitir. Para muchos de estos barrios se planificaron proyectos que podrían cambiar de modo sensible su precariedad. Uno de estos ejemplos es el Plan Especial de Reforma Interior de la Chanca, que quiere salir del cajón desde 1990, y otra es el Área de Reforma Interior dentro del PGOU que se creó para mejorar la imagen del Puche allá por 1998. Apenas un 20% de estos planes se ha ejecutado. tal y como indica el informe elaborado por el Ministerio de Fomento, en el que hace una descripción urbanística en la que repasa los indicadores de vulnerabilidad y recoge las necesidades y quejas de los barrios desfavorecidos en la provincia. Un ejemplo claro de desatención es La Chanca, creada en el siglo X en tiempos de Abderramán III, despoblada en el XII y abandonada por los gobernantes en el XIX. Desde ahí radican sus males. El 40% de sus habitantes carecen de estudios y la tasa de paro , muy variable según el periodo, apenas baja del 30%. El 30% de sus viviendas son anteriores a 1951. Otro de los problemas del barrio es que "durante muchos años, las viviendas y espacios públicos han sido utilizados al margen de la ley, con traspasos, compra-venta, pisos-patera de alquiler u ocupación ilegal de espacios públicos. En la actualidad, predominan habitantes de origen inmigrantes por encima de los de etnia gitana. En el caso del barrio de San Cristóbal, aún sigue existiendo déficit de alumbrado. Según el estudio del Ministerio de Fomento, con estos datos sobre la mesa, la percepción que tiene la gente sobre este tipo de barrios es negativa y eso constituye dificultad para la integración social y la boral de los vecinos. El final de la década de los 70' marcó un antes y después en la forma en la que la ciudad de Almería está estructurada, tanto en lo urbanístico como en lo social. Las lluvias torrenciales fueron excusa para iniciar un proceso de segregación residencial que llevó a cientos de vecinos de La Chanca o el Casco Histórico a barrios como el de Los Almendros o el Puche, la mayoría de estos de etnia gitana. En principio, su estancia en estas zonas iba a ser temporal, se les construyeron casas sin demasiados artificios, con lo básico, y se les dijo que su cambio de residencia no se alargaría. Cincuenta años después, las viviendas, de desacertada construcción, se han degradado, y sus gentes siguen esperando que alguien se preocupe verdaderamente por ellos. Y lo cierto es que este es un barrio ignorado por los que mandan. En el Puche, el 70% de sus habitantes no es poseedor legítimo de una vivienda y el 10% de estas están formadas por un adulto y varios menores. El 43% de los ciudadanos no cuenta con estudios y la tasa de paro se acerca en 2013 a la mitad de al población. Es difícil encontrar un empleo estable pues la tasa de ocupados eventuales es alta, con un 84,27%, casi tres veces la media de la capital. Los vecinos reclaman mobiliario urbano y rehabilitación de edificios además de la remodelación de sus infraestructuras, apenas modernizadas desde la década de los 70. Los Almendros, el barrio de Araceli y Piedras Redondas comparten infinitas particularidades. Esta zona periférica está caracterizada por su condición de isla urbanística. Los Almendros se creó para al realojo de población marginal en los años ochenta y aunque los edificios no son antiguos, la calidad sí deja un tanto que desear. Un 24% de las viviendas del barrio no tiene ascensor y en algunas calles de este barrio y el de Araceli no se dispone de red de alcantarillado adecuada. Además, aparecen áreas de chabolas en los límites de los barrios como en la zona este de la calle Niña de la Puebla. Su espacio público está muy degradado. Casi el 40% de los habitantes de esta zona no tienen estudios Otra zona desfavorecida en la capital almeriense es la de Araceli, que contempla barrios como el de El Quemadero, la Fuentecica y San Valentín. Aquí existe un Plan Piloto de actuación integral en zonas sensibles de Andalucía con presencia significativa de población inmigrante. Se caracteriza por la pobreza y el bajo nivel socioeconómico. Es el caso de Santa María del Águila en El Ejido, que cuenta con una población de segunda o tercera generación de inmigrantes de pueblos de las provincias de Almería y Granada que llegaron en los sesenta con el desarrollo de la agricultura intensiva y que en los ochenta se fue completando con el fenómeno de la inmigración. La edificación, ya de por sí, es mala, con muchos casos de auto construcción. Muy cerca, el barrio de Pampanico, una zona que se ha viso envuelta en un pulso entre el continuo crecimiento de su población, dispar en el terreno social y económico, con parte de la población sin muchos recursos económicos y continuas reformas que han dignificado la imagen de un barrio de gente trabajadora desde su creación en la década de los 50. La Loma de la Mezquita es otra zona desfavorecida de El Ejido. En Roquetas se asientan las 200 Viviendas, que surge en los años sesenta para absorber la demanda de vivienda de los trabajadores españoles que habían emigrado a Europa por trabajo. La superficie media de las viviendas en este sector es de 22,77 metros cuadrados. En el interior de la provincia también existen casos de construcciones en mal estado o, simplemente, en lugar poco idóneo. Es el caso de El Realengo en Cuevas del Almanzora. Un desprendimiento de tierra provocó graves daños personales y materiales.

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