-En campaña electoral los partidos políticos se habrán reunido con vosotros, ¿qué pide, de acuerdo a las competencias municipales, a los equipos de gobierno que se conformen tras estas elecciones?

-Efectivamente nos hemos reunido con todos los partidos políticos que nos lo han solicitado a excepción del Partido Popular, que no nos lo ha pedido. A todos los demás, lo primero en lo que le hemos insistido es en que hagan una política con 'M' de mayúscula; que cambien las medidas económicas y se basen en las necesidades básicas de las personas. Dentro de esto, el primer paso que tienen que dar es crear empleo. Alguien puede decir que no es competencia municipal, para nada, sí que es competencia de los ayuntamientos. Pongo un ejemplo, en las ciudades cada vez hay más habitantes que demandan más servicios, por lo que el consistorio tiene que darlos puesto que los ciudadanos lo pagan, como consecuencia tienen que contratar más personal tanto en su estructura interna como externa, que son las empresas concesionarias de servicios y a las cuales, el ayuntamiento, en los pliegos de condiciones debe exigir un aumento de ese empleo para cumplir con la demanda de servicios.

-¿Qué más?

-Pues en segundo lugar una apuesta por las políticas de integración social, para conseguir que los más desfavorecidos, que suelen estar en los barrios periféricos de la ciudad donde hay también una mayor deficiencia en los servicios, también tengan oportunidades laborales. En tercer lugar, la recuperación y la gestión de los servicios públicos, que son una garantía de calidad, el ayuntamiento tiene un personal que puede prestarlo para ello. Los servicios públicos actualmente privatizados, por citar un caso: limpieza viaria y recogida de basura, tiene un canon de 20 millones de euros, si a esa cifra le restamos el beneficio empresarial resulta que disponemos de 4 millones de euros para invertir en crear puestos de trabajo. En cuarto lugar, entendemos que esta ciudad carece de infraestructuras suficientes para generar una productividad que podamos exportar y con la que atraer también turistas. Tenemos que hacer un esfuerzo común entre todas las instituciones para conseguir que el AVE llegue a Almería, los vuelos sean más baratos y tengamos un puerto más productivo y, con ello, también generaríamos puestos trabajo. Estas cuatro líneas son primordiales, aunque también hemos exigido otras cuestiones como una fiscalidad más justa, la igualdad entre mujeres y hombres al ser contratados y otras reivindicaciones. Lo que no hemos pedido es que se sigan haciendo recortes que no hacen nada más que empobrecer más a los ciudadanos y, sobre todo, a los trabajadores. Toca equilibrar la balanza del lado del más débil.

-Acaba de celebrarse un importante volumen de elecciones sindicales en distintas administraciones y entidades de la provincia, ¿cómo valora UGT los resultados?

-En lo que va de año se han celebrado 184 procesos electorales, pero quedan 432 hasta final de año. Nuestro balance es bastante bueno, entendemos que los trabajadores siguen confiando en la UGT y así lo demuestran los resultados que estamos consiguiendo en las urnas. Pero no podemos olvidar que este sindicato ha sido agredido, desde hace dos años, por los gobiernos más conservadores o por el gran capital, que pretende quitar del medio a los sindicatos mayoritarios, con la única intención de no tener ningún muro para intentar someter a la clase trabajadora y "abusar" de los trabajadores para ellos conseguir un mayor beneficio. Aparte de esa agresión en la lucha seguimos.

-Recientemente sindicatos y patronal acordaban una subida salarial. Desde su punto de vista, ¿es suficiente? ¿Puede significar un paso adelante por el diálogo inexistente en los últimos años?

-Nosotros entendemos que es insuficiente. Basta con mirar datos relevantes como que los trabajadores y trabajadoras han perdido, en muchos casos, hasta un 30% del poder adquisitivo. Es insuficiente pero entendemos que es un buen punto de partida para que nuestros negociadores en las distintas mesas de negociación sigan trabajando para conseguir un mayor aumento de salario que consideramos que es justo. Ahora toca beneficiar y motivar al trabajador, la clase empresarial no puede olvidar que los trabajadores son el principal activo de una empresa y país, por lo tanto le corresponde parte de esa productividad.

-Hemos hablado de generar empleo; el paro es el gran lastre, ¿cómo ve la actual situación del mercado de trabajo? Hablará de la reforma laboral, ¿cree en el aumento de los llamados 'minijobs'?

-No quiero ser pesimista, pero hablo en negativo por la realidad de la calle. El Gobierno nos traslada que a nivel macroeconómico estamos mejorando, pero en la calle hay mucha gente necesitad que está pasando miserias y, eso, es consecuencia, como decías, de una reforma laboral que lo único que ha conseguido es precarizar más el mercado de trabajo. En Almería, tenemos, desde hace años, una horquilla de entre 75.000 y 80.000 parados, que no somos capaces de bajar; es un paro estructural. Los pocos puestos de trabajo que se crean están condicionados por las estaciones del año, cuando acaba un periodo vuelve a ser parados. No creamos nuevos puestos de trabajo, los pocos son temporales y a tiempo parcial, lo que ocasiona que los trabajadores sean cada vez más pobres y tengan que realizar a la vez tres o cuatro trabajos para conseguir un sueldo que pueda satisfacer sus necesidades más básicas. Hay que apostar por una política que genere una mejora de la calidad, ya que recientemente se publicaba que el 19% de los trabajadores en precario se ven abocados a cobrar en 'B'.

-¿Considera que se valora aún el trabajo sindical o el ciudadano lo percibe distante?

-El gran capital ha pretendido dar una imagen pésima de los sindicatos, en esa estrategia con la reforma laboral, metiendo miedo a los trabajadores para que no se afiliaran e intentando criminalizar las actuaciones sindicales. Es una estrategia muy bien orquestada para intentar quitar a los sindicatos de en medio. Pero los sindicatos de clase realizamos una labor primordial que los trabajadores saben y la prueba es que todos eligen a sus representantes sindicales y siguen confiando, concretamente en la UGT con más de 125 años de historia en que muchos militantes han perdido hasta la vida trabajando por los derechos. Ahora tenemos que adaptarnos y ya nos estamos reestructurando pasando de siete a tres federaciones para eliminar estructura.