Almería

Maravillas naturales ancladas a nuestra tierra

  • La provincia guarda auténticos tesoros botánicos que los especialistas califican como 'ejemplares' El IEA recoge algunos ejemplos en su exposición 'Arboles singulares'

500 años atrás España dominaba los mares gracias a un potencial militar sin parangón en constante rivalidad con el Imperio Británico. La Armada Invencible, como la historia vino a llamar a los más de 100 buques que eran el terror de los piratas y los ingleses tuvo, sin embargo, un paradójico final con una derrota merced de las condiciones meteorológicas que destruyó la práctica totalidad de los navíos de Felipe II.

Esta conocida historia, parte ineludible del pasado español e inglés, tiene una curiosa vinculación con la tierra de Almería. O más concretamente, con las raíces que nacen de nuestros campos

Y es que existen datados una serie de pinos laricios encaramados en la Sierra de los Filabres que, según cuentan los especialistas, forman parte de los mismos pies que sirvieron para reconstruir parte de la flota de la Armada Invencible. Unos árboles con una historia singular que convierte los troncos, las ramas y el follaje de piezas de este tipo en 'árboles ejemplares' a ojos de botánicos y estudiosos de la naturaleza.

Precisamente, la reivindicación de muchos ecologistas va en el sentido de valorar la flora almeriense como se merece. Uno de estos activistas, un hombre que lleva en pie de guerra más de 30 años, es Antonio Rubio Casanova. Antonio es miembro fundador del Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) y ha dedicado una vida a estudiar y fotografiar árboles en toda la provincia para encontrar aquellos que merece la pena ser reconocidos.

Una pequeña parte de este trabajo está recogido estos días en una exposición coordinada por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) y el GEM en la que se muestran una treintena de fotografías con algunos de los 'ejemplares más ejemplares' con los que cuenta nuestra floresta.

"Existe un enebro en la rambla de Quiles, en Oria, que no llega a tener un metro de diámetro", explica Antonio. "No parece impresionante ¿verdad?". Seguramente no, especialmente si lo comparamos con los grandilocuentes pies que encontramos en los bosques americanos, como las famosas secuoyas gigantes. "Esto es sólo para los ojos de los que buscan la espectacularidad, pero la realidad es muy distinta", argumenta el ecologista.

Rubio Casanova continúa con su explicación apasionado: "El bosque mediterráneo resulta tanto o más interesante que cualquier otro del mundo a la hora de buscar árboles ejemplares". Ese enebro al que se refería antes resulta particularmente atractivo si nos fijamos en lo esencial, que como decía Antoine de Saint-Exupéry en 'El principito', "es invisible a los ojos". Ese arbusto debe de ser comparado con otros de su misma especie y es ahí cuando vemos lo maravilloso de su existencia. "Especialmente si tenemos en cuenta las condiciones de clima y terreno con las que contamos en Almería".

Sin embargo, bajo estas circunstancias extremas, casi desérticas, también han nacido, crecido y sobrevivido auténticas moles vivientes que asombran desde cientos de metros.

"Se habla mucho de los olivos milenarios de Jerusalén, pero no somos capaces de datar con exactitud la enorme antigüedad de algunos de los que tenemos en Almería", explica Antonio. Ejemplares como el de Aguamarga (Níjar), parte del Parque Natural de Cabo de Gata son extremadamente peculiares, no sólo por su edad, sino por su morfología. A este se podrían sumar, por ejemplo el magnífico tronco de 10 metros de diámetro del de Partaloa o el de Tabernas, que según cuentan los lugareños, alimentó a los árabes que habitaban esas tierras hace 600 años.

Pero no sólo la morfología o la antigüedad son factores decisivos a la hora de catalogar un árbol como 'ejemplar'. Historias curiosas también hacen que los ecologistas y botánicos se fijen en algunos de esos pies.

El pino de los Chaveses, en Chirivel, tiene su residencia al sur de la Sierra de María. Cualquiera que haya visitado la zona se habrá parado a echar un vistazo a esa carpa natural que forma la enramada de esta planta. Una forma dada por la vejez de este árbol y, concretamente, por un relámpago que lo alcanzó y que dejó prácticamente postrado a este monstruo natural.

"También se han elegido otros ejemplares por el gran número que encontramos y que conforman una singularidad a nivel nacional". Rubio se refiere, particularmente, al Paseo del Siglo. Más de 400 árboles que parecen desfilar a ambos lados de la carretera que une Adra con Berja y que fueron plantados a principios del siglo XX para hacer menos penosa la travesía de los viajeros en carro entre pueblo y pueblo.

Unos ejemplares únicos que no alcanzan las varias decenas de metros de los más famosos árboles pero que merecen toda la atención del mundo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios