Puntual a la cita y en pleno corazón del Casco Histórico de la ciudad, la Plaza Vieja colgó el cartel de lleno absoluto, con un público expectante, en la clausura del año del milenio de la taifa patrocinado por Diario de Almería. La luna azul, Blue Moon, se alineó con el fin de las celebraciones del reino proyectando una luz singular a la gala, cargada de simbolismo, carisma y embrujo. Si para los astrónomos de la estación espacial la segunda luna del mes de julio es una de las más insólitas de todo el año, el acto fue para los almerienses el broche de oro a una efemérides que ha servido para difundir las bondades de una provincia mediterránea que alberga una riqueza cultural y patrimonial indiscutible.

Con la Alcazaba centinela, que se podía divisar sobre la fachada principal del Ayuntamiento de capital y sobre el escenario de la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL), el benjamín de Grupo Joly cerró un ciclo que será recordado en la historia de esta ciudad por el esfuerzo realizado por las distintas administraciones para poner en valor el camino recorrido durante los últimos diez siglos hasta la actualidad.

Precisamente el acto de clausura del milenio del reino de Almería tuvo como hilo conductor un viaje por la historia de esta ciudad a través de la música, cuyos intérpretes supieron transportar a los espectadores de una época a otra con suma elegancia, desde el rey Jairán hasta el cantante David Bisbal.

Cuando el reloj marcaba la media noche, el azul de la luna era aún más intenso, momento culmen de un evento sin parangón al que asistió una gran representación de la sociedad almeriense atraída por la magia del milenio que acabamos de despedir. El que organizó Diario de Almería fue un acto de compromiso con la ciudad en el que todas las administraciones, Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía se dieron la mano para reivindicar la importancia de un periodo de esplendor que ha dejado su impronta en cada rincón de la capital.

Empresarios, artistas, representantes políticos de toda la provincia, catedráticos de la Universidad, sindicatos, miembros de distintas asociaciones culturales y fieles lectores de este periódico no quisieron perderse el que quizá sea el evento más importante que se haya celebrado en Almería después de los Juegos del Mediterráneo del año 2005, a pesar del intenso calor de una noche de verano que les hizo soñar.

Diario de Almería ha contribuido en este tiempo a difundir la grandeza histórica de la ciudad. No solo con el evento que supuso el punto de partida que se celebró hace un año en la Alcazaba, o con la clausura del miércoles en pleno corazón de la capital, sino con la creación de un logotipo propio que insertó en la portada para proyectar la imagen de la celebración.

Este periódico ha logrado, una vez más, aunar a todos los sectores de la sociedad almeriense en un escenario emblemático, presidido por el monumento que rinde homenaje a los Mártires de la Libertad (los Coloraos), y que es un símbolo histórico más que recuerda la hazaña de aquellos luchadores por la libertad que fueron fusilados sin juicio previo, de rodillas y por la espalda, tras ser apresados en la Rambla Belén en 1824.

La Orquesta Ciudad de Almería (OCAL), el grupo Al-Caraban, la bailarina Cristina Samaniego, la cantaora de flamenco Ana Mar García de Quero y la Eschola Gregoriana Hispana hicieron las delicias de un público entregado que durante dos horas disfrutó del espectáculo a la vez que realizaba un viaje por los sentidos difícil de olvidar.