Almería

Manos expertas recuperan el antiguo mobiliario carcomido del Consistorio

  • Los seis tableros de la mesa de plenos decimonónica y el escritorio de los alcaldes recobran su lustre mediante un proceso de restauración respetuoso con la pátina del paso del tiempo

Cuando hace una década el edificio tuvo que cerrar sus puertas por peligro de derrumbes, la capital perdió de forma temporal no solo un inmueble, la Casa Consistorial, sino también un museo llamado Ayuntamiento, cargado de piezas pictóricas, esculturas y muebles que rezumaban historia. Permanecen guardadas y, poco a poco, estos testigos del devenir de la vida de la ciudad están siendo recuperados a manos de expertos restauradores. La valiosa mesa decimonónica de plenos y el escritorio de los alcaldes han sido los últimos muebles en someterse a tratamiento mediante un delicado proceso que, siendo respetuoso con la pátina del paso del tiempo, les ha devuelto su lustre.

De estas dos piezas, la de más valor es, sin duda, la mesa del Salón de Plenos: una obra de finales del siglo XIX, realizada en madera de roble y con unos llamativos leones alados tallados. De medidas también imponentes, elevaba los debates políticos a ojos de los asistentes.

Esta mesa, compuesta de seis tableros con un longitud conjunta de 750 centímetros y una anchura de 180, ha permanecido durante varios meses en los talleres salmantinos de Restaurolid Ibérica, donde "han primado las labores de conservación dada la antigüedad y relevancia histórica que tiene en particular este mueble", explica Mariano Nieto sobre una intervención basada en mínimos y enfocada a la "conservación curativa y restauración". Y es que, como incide este restaurador, "toda manipulación de la obra implica riesgo, por lo que nos ceñimos a lo estrictamente necesario, asumiendo la degradación natural del paso del tiempo".

La manipulación humana ha sido, de hecho, la principal patología detectada en la mesa, con juntas rellenadas de cera de abejas que ha ido ennegreciéndose y capas y capas de barniz brillante con goterones. Hasta en las juntas de los tableros se han encontrado rellenos de papel de periódico. "Intentamos abrirlos y leerlos, pero era imposible", comenta Nieto. Son sobreañadidos que han sido eliminados cuidadosamente, pero también había faltas: una ala de los leones de las patas de la mesa y trozos de moldura, desprendidos por la infección de xilófagos, atraídos por la gran acumulación de polvo, que también había afectado al escritorio de los alcaldes.

De los primeros años del siglo XX, la principal problemática detectada en esta mesa radicaba en un barniz de gomalaca a muñequilla oxidado. "Tenía evidencias de limpiezas agresivas con productos industriales, lo que se traducía en multitud de burbujas", apunta, junto un interior lleno de cableados de enchufes o la tapa de polipiel reseca por el polvo.

Desmontajes, limpieza, levantado de barnices, tratamiento con ceras, aplicación de insecticidas por impregnación, tratamiento de las ovas, tintado y frotados con muñequillas de lanas han culminado en la recuperación, siguiendo los métodos con los que se hizo la obra original, de estas piezas.

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