Operaciones navales en aguas del Mar de Alborán, lanzamientos de paracaidistas sobre el desierto de Tabernas, desembarcos anfibios la playa de El Perdigal y combate en el entorno urbano del campo de maniobras Álvarez de Sotomayor de Viator. Del 24 de octubre al 6 de noviembre, la provincia será asediada por tierra, mar y aire por cientos de efectivos de la Fuerza de Respuesta de la OTAN con el objetivo de recuperar su control tras la hipotética invasión de un país agresor. Almería volverá a ser un enclave estratégico, como ya ocurriera hace exactamente un año con el desarrollo del ejercicio Noble Mariner, para mantener la hegemonía marítima de un teatro de operaciones ficticio en el que cuatro países entran en conflicto por el agua y se irán sucediendo los peores escenarios posibles: crisis de refugiados, inseguridad alimentaria y hambrunas, luchas étnicas, guerra química, irrupción de una alerta sanitaria tipo ébola y no podían faltar ciberataques. Es el Trident Juncture 2015 con el que la OTAN pretende mostrar la preparación e interoperabilidad de las capacidades aliadas para la defensa colectiva y la gestión de las crisis internacionales y dar una respuesta militar conjunta a las amenazas presentes y futuras. Por el potencial de sus instalaciones militares en las que se pueden integrar todos los fuegos de apoyo disponibles y la relevancia del control del Mar de Alborán, la provincia formará parte, junto a otras siete localizaciones del país, del ejercicio insignia de alta visibilidad de la Iniciativa de Fuerzas Conectadas en el que participarán más de 36.000 efectivos de una treintena de países con la intención de adiestrar y certificar a la Fuerza de Respuesta de la Alianza Atlántica. El Trident Juncture será un escaparate de la OTAN en el panorama internacional y un banco de pruebas de la nueva fuerza de intervención rápida, denominada Punta de Lanza (Spearhead Force) que puede movilizar hasta a 13.000 hombres en el escenario de un conflicto en un máximo de seis días. De hecho, España será la primera nación de la alianza en liderar esta unidad multinacional de muy alta disponibilidad y no habrá mejor escaparate que uno de los mayores ejercicios de la OTAN desde la Guerra Fría. De ahí que nuestro país aporte más de 8.000 militares y la mitad de las ubicaciones en las que se exhibirá músculo ante las amenazas del yihadismo en el norte de África y Oriente Medio y la máxima tensión con Rusia por la guerra de Ucrania al este de Europa.

El ejercicio, se desarrollará en dos fases, del 3 al 16 de octubre la fase de puesto de mando bajo las iniciales CPX (Command Post Exercise) y del 24 de octubre al 6 de noviembre la fase LIVEX (Live Exercise o real). Será entonces cuando una agrupación de marines británicos (Royal Marines) en la que se ha integrado una unidad de los franceses, inicien las acciones necesarias, operaciones conjuntas terrestres, marítimas y aéreas, para recuperar las instalaciones almerienses en manos de un supuesto país agresor que desembarcará días antes y estará representando por otros 200 marines de los Estados Unidos. En las acciones anfibias está previsto que se realicen vuelos de reconocimiento y traslado de pequeñas unidades, con un posible lanzamiento paracaidistas en la zona de conflicto, mientras se realizan fuegos reales con todo tipo de armamento en dotación, ataque y reacción con apoyo de los helicópteros en las instalaciones del campo de Viator, que recientemente ha sido declarado de interés para la defensa nacional al ser un centro de referencia para el adiestramiento militar.

Para la supervisión de las maniobras, el Mando del Componente Marítimo establecerá en la base un puesto local de control, donde un equipo de arbitraje de 40 oficiales valorará el nivel y capacidad de las unidades participantes. España, como anfitrión junto a Portugal e Italia, apoyará en las necesidades logísticas de los marines británicos, franceses y americanos con un grupo de un centenar de efectivos más otros veinte del propio campo de tiro. En las instalaciones de Viator se están realizando mejoras hasta mediados de octubre con las que aumentar sus capacidades tras el reconocimiento de una comisión de medio centenar de personas de las armadas estadounidense e inglesa. Serán en torno a 860 los militares desplegados en Almería con independencia del personal de los buques y fragatas operativas en el Mar de Alborán.