Almería

Trueque donde la moneda es el tiempo

  • Casi 200 socios participan en esta iniciativa que nació en 2012 La concejal de Igualdad, Pilar Ortega, también se suma a la chequera de horas

Dicen que lo que siempre nos falta es el tiempo, pero ¿qué ocurre cuando este se convierte en moneda de cambio? El Banco del Tiempo es una iniciativa del Ayuntamiento que nació en el año 2012 y que en la actualidad cuenta con aproximadamente 200 socios. En palabras de la concejal de Asuntos Sociales, Familia y Políticas de Igualdad, Pilar Ortega, es un banco donde lo importante no es el dinero, sino los conocimientos, los valores personales y la dedicación a los demás.

Su funcionamiento es muy sencillo. A cada socio, que previamente será entrevistado para conocer qué puede ofrecer, se le entrega un talonario de tiempo. Ahí debe apuntar los servicios, las horas que le dedica y el beneficiario. Todas las horas pasan por la secretaría, para que se lleve un recuento exhaustivo de las horas que cada socio aporta y recibe. Y aquí surge una pregunta, ¿qué pasa si te quedas sin tiempo? Chelo García, coordinadora del banco, aseguró que no hay ningún problema, no existe un límite y que si se acaba la chequera de un socio se entrega otra. Se pueden encontrar actividades de lo más variopinto, desde acompañar a hacer la compra o realizar tareas de bricolaje, hasta aprender windsurf o sánscrito, lengua antigua indoeuropea.

Pablo Gómez fue profesor de Matemáticas, Física y Química en la Universidad Complutense de Madrid. Desde el año pasado da clases en su casa a los socios del banco que lo necesiten. A cambio, ha pedido tareas de tapicería, de planchado y también de informática. "Me gustaría que aumentase el número de participantes y de actividades de este banco de solidaridad en el que la medida es el tiempo", señaló Pablo.

A parte del mecanismo habitual que emplean los socios, también está el apadrinamiento de personas mayores. Esto consiste en que un grupo de socios que se ofrecen a prestar servicios de acompañamiento al médico. "En este caso la personas mayor no tiene que entregar un cheque por el servicio, sino que es la secretaría la que compensa las horas", explicó Chelo García, encargada del banco.

Georgina Senobua es profesora de baile y una de las participantes más veteranas. Ya lleva tres años ofreciendo actividades como animación infantil, malabares de fuego, peinados africanos, yoga, taller de cariocas, baile y como novedad, piensa incluir zumba para niños. A cambio solicita que la acompañen a hacer la compra, cuidar de su hija, asistencia jurídica o teatro. "Todo lo que he recibido ha sido muy grato y tengo muchas ganas de seguir". "Además de lo beneficioso de los servicios, se conoce mucha gente y se hacen grandes amigos", apuntó Chelo. "La gente viene a dar, te sientes muy cómodo y tranquilo y hace que no te dé apuro pedir algo", señalaba Georgina.

La concejal Pilar Ortega también es socia de esta iniciativa y ha ofrecido talleres sobre decoración, consistentes en la creación de centros florales para navidad con materiales reciclados. A cambio aprendió a hacer bolsos también con materiales reciclados y telas.

Ángeles García es otra de las usuarias y actualmente es ama de casa. Conoció esta actividad a través de la televisión y cuando se enteró de que se iba a hacer aquí no dudó en apuntarse. Ofrece acompañamiento y pide masajes y asesoría para hacer el currículum. "Experimentas cosas nuevas y es muy positivo en todos los sentidos", dijo.

"La única forma de no salir en las fotos es haciéndolas", dijo entre risas Rocío García, otra de las participantes. Ella se dedicó muchos años a la contabilidad, se quedó sin empleo y decidió estudiar Fotografía en la Escuela de Arte. Ayuda con la declaración de la renta, fotos de carné, o con fotos para las madres de la Asociación A toda vela.

"Algunas asociaciones como esta o La Guajira nos ceden su espacio para clases de Inglés, por ejemplo, y a cambio nosotros también le hacemos un hueco en talleres y demás", dijo Chelo.

A parte de todas estas actividades, cuando hay mucha gente interesada en una cosas se concierte en un taller. "Hemos hecho talleres de coaching, sexualidad, de reparación de ordenadores o de senderismo por la playa de los Genoveses", aseguró la coordinadora del banco.

Es la oportunidad de hacer lo que te gusta y enseñar a la gente. Cosas cotidianas que para otros son todo un mundo para descubrir. Una actividad que sin duda enriquece sin necesidad de que haya dinero de por medio.

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