El Teatro Echegaray de Cuevas del Almanzora acogió el pasado sábado la presentación del libro Accidente nuclear en Palomares. Consecuencias, 1966-2016, escrito por José Herrera Plaza, editado por Arráez Editores. El acto que contó con una masiva asistencia de público era la primera gran aportación al 50 Aniversario de la caída de las Bombas atómicas en Palomares.

En este acto intervinieron Antonio Fernández Liria, alcalde de Cuevas; Indalecio Modesto Alonso, concejal delegado de Cultura y Turismo; Juan Grima Cervantes, editor; Enrique Fernández Bolea, cronista oficial de Cuevas del Almanzora y José Herrera, autor del libro.

El autor de la obra, José Herrera Plaza, matizó que a pesar de las trabas vividas en estos años para investigar y lograr documentación en torno al accidente de Palomares, "logramos incluso entrevistar al piloto que ocasionó el accidente y en Estados Unidos logramos muchísimo material, algo que aquí en España no podíamos lograr".

Plaza contó los avatares que ha sufrido para lograr información en torno a lo ocurrido el 17 de enero de 1966. "El libro se basa en dos pilares fundamentales. Uno de ellos es la evidencia empírica que arrojan las fuentes, una gran mayoría de ellas primarias e inéditas y el otro pilar es el análisis".

"La mayoría de las nuevas generaciones de almerienses desconocen lo sucedido en Palomares, y eso es muy triste", apuntaba Herrera, al tiempo que afirmaba que "es una pena que no conozcamos nuestra propia historia". Una gran parte del libro trata lo acontecido en los cuatro meses posteriores al accidente, aunque también hay un capítulo dedicado al Proyecto Indalo, creado en febrero de 1966 para el seguimiento de las personas que hubieran podido estar expuestas a la radiactividad.

También tuvo un recuerdo para la Duquesa de Medina Sidonia. "Fue la única persona que dio la cara por la gente de Palomares y Villaricos. Solicitó que se hicieran análisis completos a las personas y también que se revisaran las indemnizaciones".

Antonio Fernández Liria, alcalde de Cuevas, elogió el trabajo de José Herrera, destacando el interés que ha puesto para hacer una obra muy interesante y muy bien documentada. "Espero que se haga realidad lo anunciado por Estados Unidos de que se limpie, ya por fin, Palomares, y en adelante se hable de Palomares. Una tierra donde se vive de maravilla, con una gran gente, con unas excelentes playas y una agricultura pionera".

Indalecio Modesto, concejal Cultura y Turismo, subrayó el gran trabajo realizado por Herrera, del que dijo "alabo su afán por conseguir esta maravilla de libro y que auguro será un número uno en ventas. Nuestra historia es la que es y no podemos cambiarla pero si estudiarla. Y eso se consigue leyendo este libro de José Herrera". Luego leyó un poema de José Luis Colomer titulado Las bombas de Palomares.

Juan Grima, editor de la obra, afirmaba que "estamos ante una obra rigurosa, bien escrita, con información abrumadora y clave para entender la verdadera historia de lo que pasó en Palomares y sus proximidades en 1966, pero también todo lo que ha sucedido desde entonces hasta el presente. José Herrera ha dedicado dos décadas de su vida a investigar y a esclarecer todos los hechos en torno al 'Accidente de Palomares. El trabajo es de un gran compromiso intelectual y moral con la investigación de los hechos reales y sus consecuencias.

Enrique Fernández Bolea, cronista oficial de Cuevas, tuvo una intervención magistral, dejando bien claro lo que ha supuesto el accidente para Cuevas del Almanzora y Palomares. "El accidente de Palomares nos situó en el mapa nacional e internacional y en el candelero informativo. Y por obra y gracia de una nefasta actuación de americanos y españoles del accidente, hoy medio siglo después no ha perdido un ápice de su vigencia e interés, siendo de plena actualidad".

"La historia de las Bombas de Palomares es la de una impostura que ya se alarga demasiado, es la crónica del desatino, de un afán desmedido por ocultar, por manipular, por asentarse de manera torpe y burda en el secretismo oficial. Es una historia apestada de servilismo y de bastozanos a la verdad", apuntó Fernández Bolea. "José Herrera es el empeño personalizado, aunque sobre todo es el compromiso con la búsqueda de la verdad" subrayaba. "Siento mucha alegría de que se imponga la verdad, de que se exilie la indignidad, de que la manipulación sea puesta en cuarentena, de que la historia, nuestra historia, se ponga por fin en su lugar", concluyó.