Almería

Autovía contra la SEQUÍA

  • Los regantes rescatan del pasado la interconexión de los embalses de de Benínar y Cuevas El eje, al que llegarían 50 hectómetros de Rules, tiene una inversión de 109 millones

El 15 de noviembre de 1999, el consejo de administración de la extinta Aguas de la Cuenca del Sur (Acusur) establecía en el Plan Global de Actuaciones Hídricas prioritarias para la provincia de Almería la denominada Autopista del Agua, una interconexión de los embalses de Cuevas y Benínar a través del Campo de Níjar con capacidad para transportar 140 hectómetros cúbicos. El programa proyectaba un importe de 82.000 millones de las antiguas pesetas para una quincena de actuaciones entre las que figuran logros como la desaladora de Carboneras o el trasvase Negratín-Almanzora. El eje bidireccional se planificó para redistribuir posibles excedentes y equiparar los precios que pagan los regantes (de los 0,02 euros del recurso procedente del pantano y 0,53 cuando se fabrica en planta desaladora) y se comenzaron a sentar las bases de una necesaria prolongación desde el Poniente hasta la presa de Rules, además de incorporar los excedentes de los ríos Trevélez y Cadiar, con la que pretendían conseguir otros 40 hectómetros cúbicos más cada año. Sin embargo, la situación de quiebra de Acusur y el cambio de la política hídrica, sobre todo con la previsión del trasvase del Ebro, supuso la paralización de obras y proyectos aún no ejecutados y la red provincial que vertebraría las necesidades de la provincia fue aparcada provisionalmente. El Gobierno de Zapatero acabaría sentenciando años más tarde el Plan Hidrológico Nacional, lo que supuso una estocada mortal a la faraónica infraestructura que iba a traer 95 hectómetros cúbicos de la cuenca excedentaria del Ebro hasta Almería. Así se concibió el programa AGUA de Acuamed, la sociedad pública estatal que cogió el relevo de Acusur, basado en la consolidación de los aportes ya existentes (Tajo y Negratín) y en la construcción de desaladoras en Campo de Dalías y Villaricos. Una década después del comienzo de aquel planteamiento basado en la desalación, que se volvía a olvidar de la autovía del agua y del flujo que se podría recibir desde el río Guadalfeo, las desigualdades en el precio del agua persisten para los usuarios almerienses por las grandes diferencias entre el agua de acuíferos, pantanos, trasvases y plantas desaladoras, y el déficit hídrico no se ha resuelto porque la mitad de las actuaciones no se han culminado o no han llegado aún al pleno rendimiento.

El fantasma de la sequía sigue ahí, sobrevolando el porvenir de las comunidades de regantes de la provincia que consideran que hay que mirar al pasado y recuperar la autopista del agua. La Federación de Regantes de Almería (Feral) ha puesto sobre la mesa un estudio previo para hacerla posible y dar un nuevo cambio de rumbo a las fallidas políticas hídricas de las administraciones públicas. Y las conclusiones del informe, que ha sido elaborado por la consultora Zofre, evidencian que parte de las infraestructuras que requiere la interconexión Poniente-Levante ya han sido construidas haciendo más asequible el eje vertebrador con el que redistribuir los recursos de la provincia. El trasvase desde Rules y la culminación de la red hacia la Rambla de El Saltador, en la que confluyen los aportes que llegan desde el Tajo y el Negratín, tendría un coste aproximado de 109,7 millones de euros.

El proyecto parte de una tubería de 1.100 milímetros en la presa de Rules con capacidad para trasegar un caudal de 50 hectómetros al año de los 80 que estiman que se pueden extraer. Los otros 30 se quedarían en la costa oriental de Granada, que aún carece de una infraestructura para recibir el agua una década después de la construcción del embalse. Así lo acordaron en el encuentro que mantuvo la directiva de Feral con los regantes del Bajo Guadalfeo.

El objetivo es hacer un frente común del que todos se podrían beneficiar, teniendo en cuenta que la autovía es bidireccional y llegaría agua a Granada en el caso de necesitarla, además de hacer posible la culminación de obras que arrastran al formar parte de la infraestructura hacia el Poniente. Un lobby del agua del sureste del país basado en la solidaridad de los agricultores más castigados, al no disfrutar de los privilegios y las rebajas que el Gobierno concede a otros regantes del mediterráneo. Ya hay ejemplos de colaboración entre usuarios, una cuestión que se contempla en la autopista del agua al definir la conexión entre las comunidades, como el que van a iniciar Tierras de Almería y Sol y Arena en los próximos días. Hay una clara desigualdad que deben intentar solventar porque el agua del Tajo se paga a 9 céntimos por metro cúbico y la del Campo de Dalías, que estará a rendimiento pleno este verano, cuesta 52 en cabecera y unos 30 en la planta. Era un paso obligado, ya que una hipotética negativa del conjunto de usuarios en Granada restaría posibilidades al planteamiento de retomar el trasvase de Rules. Y los agricultores también están a favor de sus demandas, tal y como les han trasladado tanto Asaja como Coag. La siguiente puerta a la que han llamado ha sido la política y, si bien los grandes partidos no se han querido mojar todavía con su iniciativa hídrica, sí lo ha hecho Ciudadanos sacando adelante una Proposición No de Ley en el Parlamento de Andalucía que van a llevar en la próxima legislatura a Congreso y Senado. Uno de los principales escollos, a pesar de que ya lo habían contemplado en su hoja de ruta, es el normativo.

Hace tan sólo unos meses fue aprobado el Plan Hidrológico de la Cuenca Mediterránea Andaluza 2015-2021 sin contemplar este nuevo escenario de transferencias y conducciones, de hecho, no se han aceptado las alegaciones de la Federación de Regantes. A partir de ahí tendrá que iniciarse una guerra legislativa, más allá de la política para conseguir fondos con los que implementar la Autovía del Agua. El presidente de Feral, José Antonio Fernández, asegura que están dispuestos a asumir entre un 20 y 30% de la inversión necesaria, si bien el resto correspondería a las administraciones públicas, con la ayuda de financiación europea, en virtud del interés general de las actuaciones. "Estamos dispuestos a pagar nuestra parte porque está claro que no podemos seguir así más tiempo. Las desaladoras han sido una ruina", añade al tiempo que detalla que las comunidades y juntas de usuarios se muestran de acuerdo a participar en el coste de las actuaciones como partícipes de esta búsqueda de nuevos recursos que inició Feral a petición de las que peor estaban.

En el estudio realizado figuran sólo las obras necesarias para que el flujo sea dirección oeste a este, si bien en las próximas fases se complementará para que pueda invertirse el flujo y trasegar en sentido contrario. Los embalses de Cuevas y Benínar se convierten en los puntos estratégicos para el almacenamiento y distribución de los caudales procedentes de Rules por el sur y del Negratín por el norte. A partir de ahí emplearían instalaciones ya existentes, como los 78 kilómetros de tuberías que se construyeron entre la presa de Cuevas y la planta de Carboneras en el Levante y otras impulsiones y conducciones del Poniente entre el Campo de Dalías y Aguadulce.

La interconexión es uno de los objetivos irrenunciables para la gestión del regadío, una cuestión casi de supervivencia. Feral ha rescatado del pasado esta autovía y no va a parar hasta que fluya el agua del Poniente al Levante.

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