Almería

Estudio petrológico de las canteras califales para su catalogación BIC

  • El geólogo José Miguel Alonso tiene cinco meses para realizar los trabajos sobre las rocas

La Junta de Andalucía, a través de la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte, ha adjudicado los trabajos para la elaboración de un estudios petrológico sobre las canteras califales de La Alcazaba de Almería con el fin de comprobar la vinculación entre ambos espacios e incorporar los resultados a la incoación del expediente de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de las mismas. La petrología es la rama de la geología que se ocupa del estudio de las rocas desde el punto de vista genético y de sus relaciones con otras rocas. Así lo han confirmado fuentes del Gobierno andaluz, quienes han añadido que los trabajos, adjudicados por 21.780 euros, deberán realizarse en un periodo de cinco meses a partir de la fecha de formalización del contrato con el geólogo José Miguel Alonso Blanco, que es uno de los impulsores del expediente para la inscripción de las canteras en el catálogo general de patrimonio.

El estudio petrológico contratado incluye la toma de muestras de las canteras históricas y de los sillares de La Alcazaba para comprobar la vinculación de estas canteras con las piedras de la sillería del conjunto monumental. Este informe se suma al trabajo técnico que inició la Junta en 2006 para localizar, identificar y documentar estas canteras históricas que se extienden a extramuros de la ciudad de Almería y que incluyen frentes de canteras y canteras-cueva. Situadas en las estribaciones sudorientales de la Sierra de Gádor, están formadas por rocas calcáreas de las que se obtenían sillería, columnas, suelos y piedras para mampostería y caminos, entre otros usos.

Los materiales de las canteras se usaron en la construcción de los edificios y obras públicas más importantes de la ciudad: la Alcazaba, la mezquita aljama -actual Iglesia de San Juan-, las murallas, las desaparecidas atarazanas, la Catedral, el Hospital Provincial, el Ingenio, el puerto, la estación de ferrocarril, el mercado, el cementerio, así como en iglesias, conventos, palacios y casas particulares. Este espacio se encuentra compuesto por las cuevas del Tesoro, Cuatro Cuevas, El Covarrón y la de la Campsa, y fueron abiertas por el califa Abderramán III para conseguir la piedra con el que se levantaría la ciudad.

De estas canteras no se extrae piedra alguna desde el año 1147, después de haber suministrado piedra durante algo más de un siglo. Sin embargo, su estado de conservación es más que aceptable y permite conocer perfectamente cómo fue aquel proceso. De un interés notable resulta también para los investigadores, que pueden comprobar las técnicas de extracción gracias a las huellas que aquí perduran. Unas fracturas que permiten viajar al pasado y ver como se sacaban sillares de 40 por 60, cual ladrillos, para hacer realidad el nacimiento del monumento más importante del que goza la sociedad almeriense: la Alcazaba.

Este entorno en el que se encuentran estuvo ocupado por fundiciones de plomo, un ejemplo insólito del patrimonio industrial de la capital. Por tanto, en este territorio se observan también las antiguas canteras que abastecieron a la ciudad de material de construcción desde la conquista cristiana al siglo XVIII. El Tesoro y las Cuatro Cuevas abarcan un área de 6.232 metros cuadrados y perímetro de 441 metros localizadas en la ladera oriental del Cerro de La Chanca.

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