Almería

SOS, animales varados

  • Equinac atiende unos 70 casos en lo que va de año y pide que se llame al 112 para evitar la muerte de los ejemplares que llegan vivos a la costa

Los voluntarios de Equinac se han convertido en los mejores amigos de la fauna marina. Fue en febrero de 2001 cuando la Dirección General de Gestión del Medio Ambiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía autorizó a este colectivo para la toma de muestras y datos de animales marinos muertos varados en las costas de Almería, y desde entonces no han parado. Según Eva Morón, coordinadora de esta entidad, en lo que va de año han atendido unos 30 casos en los se han visto implicados cetáceos de un tipo u otro, otros 30 de tortuga boba (Caretta caretta), y una decena con tortugas láud (Dermochelys coriacea).

El objetivo de este colectivo es el de devolver a su medio natural a todos los animales varados que sea posible. Para ello, cuenta con instalaciones en Almería y Almerimar, además de otras de carácter complementario en diferentes puertos, realizando su trabajo de forma coordinada con la Guardia Civil, Policía Nacional y Local, Salvamento Marítimo, etc., contando con una red de varamientos propia, que incluye un equipo técnico formado por veterinarios, biólogos, técnicos veterinarios y ciencias del mar, un equipo veterinario e individuos pertenecientes a diferentes sectores relacionados al mar, como clubes de buceo.

No obstante, no siempre se puede salvar al animal. Y en esto juega un papel muy importante cualquier ciudadano. Morón señala que lo primero que hay que hacer en el caso de encontrar un animal marino en la costa es "avisar inmediatamente al 112, que a su vez nos alerta a nosotros y nos pone en contacto directo con el informador. Así, podemos darle instrucciones, si quiere ayudar, para que pueda hacerlo de forma correcta".

"Con el hecho llamar al 112 fluye todo sólo, al menos en el caso de Almería. Funciona muy rápido y muy bien, eso es lo que necesitamos que la gente se grabe a fuego en la cabeza", dice la coordinadora, quien pide encarecidamente que las personas que encuentren una tortuga o un cetáceo en la playa "no se hagan selfies, no los cojan ni griten, que los mantengan apartados de la gente, porque pueden morir por el estrés".

En este sentido, señala que si un bañista encuentra un delfín en la arena "en ningún caso debe reintroducirlo en el mar. Si ha varado es porque tiene problemas y lo único que puede conseguir es que muera ahogado, golpeándose contra las rocas, o a manos de un montón de gente que lo vuelva loco. No hay que reintroducirlos ni manipularlos", añade.

Así, Morón apunta que en el caso de querer ayudar a estos cetáceos, habría que realizar una camilla con los brazos, "sin llegar a abrazarlo", y mantenerlo a flote en el agua con el espiráculo -la parte por la que respira- fuera del agua, tranquilo y apartado de la gente, de cara al mar, para que puedan aguantar hasta que lleguen nuestros voluntarios; aunque eso no quiera decir que necesariamente vayan a sobrevivir".

En este punto insiste Morón en la necesidad de llamar al 112 para que los voluntarios de Equinac puedan facilitar información e instrucciones. "Si no hay cobertura, que avisen a alguien que pueda llamar", mantiene.

En el caso de las tortugas, la actuación difiere a la de los cetáceos. "Si está en el mar es conveniente cogerla, subirla a la embarcación y mantenerla en un sitio quieta y, si acaso, ponerle un trocito de tela en el caparazón. Si se ve que le sale algo del cuerpo, no hay que tocarlo. Si tiras de un sedal podrías reventarle los intestinos", advierte, a la vez que indica que "estos animales, al contrario que los cetáceos, suelen alguantar bastante".

En el caso de que la tortuga se encuentre en la arena de la playa "hay que hacer lo mismo, hacer que se quede quieta, sin agua, mantenerla quieta en un lado, sin sombra, y llamar al 112. Equinac tiene gente repartida por toda la costa y siempre cubrimos estos servicios las 24 horas para que siempre pueda acudir alguien, compaginándolo con nuestros trabajos", precisa.

"La gente tiene que ser responsable. Lo que no puede ser es que una tortuga marina salga a poner sus huevos en Almería, lo que es un privilegio científico, porque están cambiando sus hábitos y hay nuevas zonas de nidificación de la Caretta caretta, y la gente se avalanza a hacerse fotos, selfies... haciendo que se vayan sin desovar, que es casi lo mejor que les puede pasar porque otros se suben encima. Eso tiene que dejar de ocurrir", asevera.

Aquellos que colaboren con Equinac no sólo tendrán la satisfacción de haber ayudado a salvar la vida de un animal, sino que podrán realizar un seguimiento de su evolución en Facebook e incluso participar en la liberación del mismo cuando llegue el día. El contacto, como en el caso de la tortuga "Manuelita", rescatada por una familia, es continuo y una muestra más de que el ser humano puede ser un amigo de los animales y no el peor de sus enemigos.

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