Almería

Déficit de lluvia en almería Un año sin agua

  • La provincia sufre el peor año de precipitaciones de la última década con apenas 42 mm acumulados desde enero El campo padece las consecuencias y en zonas del Levante avisan de trágicas consecuencias si no llueve

La situación en Almería se convierte en crítica. No llueve. Atraviesa la peor crisis de precipitaciones de la última década, con apenas 50 mm acumulados desde que comenzó un año que se ha caracterizado por el aumento de la temperatura y el alargamiento de las estaciones cálidas. Esto ha provocado serios problemas de abastecimiento para el campo y ha generado cambios en los ciclos tanto de la naturaleza como de los animales.

Y como en la mayoría de los casos, Almería tiene que apañárselas sola para conseguir sus recursos. El campo se resiente y la población tiene que ingeniárselas para no agotar los pocos recursos que quedan. Las administraciones, como Diputación, agujerean el suelo para dar con agua mediante sondeos, aun así, algunos municipios se ven abocados a realizar restricciones de suministro, tanto horarias como para determinadas tareas, y llenan sus depósitos mediante cubas.

En el Levante ya lo han avisado. La situación se puede convertir en crítica si las previsiones de sequía provocan finalmente descensos importantes de las reservas en las cuencas del Guadalquivir y del Tajo que impida mantener con normalidad los abastecimientos procedentes de los trasvases del Negratín-Almanzora y del Tajo-Segura.

Las aportaciones del Trasvase Negratín-Almanzora que están pendientes de recibirse hasta el próximo 31 de diciembre tampoco cubren las necesidades mínimas de agua para garantizar el correcto desarrollo de los cultivos, especialmente entre los meses de octubre y diciembre cuando el Levante almeriense ya no tenga agua del Tajo-Segura. Todo apunta a que la prealerta de sequía provoque que con el inicio del próximo año natural se anulen los envíos de aguas trasvasadas a Almería o, en el mejor de los casos, sufran un importante recorte. "A duras penas se podrá llegar hasta final de año en el Levante almeriense, creando una incertidumbre que pone en serio peligro el futuro comercial de las empresas exportadoras de la zona", señala el presidente de Feral, José Antonio Fernández. La federación de regantes Reclaman recursos alternativos a los trasvases.

A la agricultura le hace daño porque sus precios de producción debido a los recursos empleados para el riego se elevan y, de año en año se van haciendo insoportables. De ahí que durante las últimas fechas haya surgido la necesidad de luchar para evitar desagravios comparativos como el que produce con Murcia, donde el Estado concede ayudas para llevar a cabo el proceso de desalación y, sin embargo, Almería se queda fuera de estos beneficios. Una provincia que basa buena parte de su riqueza en la agricultura y no puede echar mano de las precipitaciones porque son escasas, lo pasa mal. Hace falta agua y si no fuera por el proceso de transformación e innovación registrado en el campo desde hace un par de décadas, sería imposible mantener el entramado actual.

Todo esto está provocando que la zona más desértica del país se pueda ver abocada a un futuro hídrico de absoluta supervivencia. Y se han hecho esfuerzos. La agricultura intensiva ha tratado de optimizar sus riegos, principalmente a base del goteo; en la ciudad más importante, Almería , se ha reducido el consumo de agua anual (de 150 litros por habitante y día en 1994 a 130 en la actualidad); y las administraciones han trabajado para gestionar de forma más eficaz el proceso, tanto con desaladoras como con mejoras en la red (Diputación invirtió en 2014 más de tres millones en este aspecto y Acuamed 750 millones desde el 2000). Pero, aún así, los acuíferos siguen inmersos en devenir agonizante y la sequía perjudica a los cultivos año tras año. Lo dicen los números, convertidos en cantidades de agua , y los expertos. Hermelindo Castro, director del Centro de Cambio Global, afirma que en los próximos 70 años vamos a tener un 30% menos de agua si no se comienza a actuar ya". Y es que, en un 0,9 que representaría la sobre explotación de las aguas subterráneas, la Cuenca Mediterránea de la provincia tiene la mitad de estos recursos superando la cifra.

Según se desprende del estudio en el que se encuentra inmerso El Plan Hidrológico de las Cuencas Mediterráneas, la sobre explotación de los acuíferos se debe principalmente a la actividad agraria. Por ello, este consumo se localiza en el Poniente, así como en Níjar incluso en Vera, Turre y parte de la extensión de Tabernas. En la actualidad, se trata de establecer la Propuesta de Proyecto de revisión del Plan Hidrológico de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, una iniciativa que además de poner especial atención a la explotación de recursos y a su regulación, busca el consenso y las aportaciones de todos los agentes implicados. Las pérdidas de agua en el regadío es otra traba. Empresas e instituciones luchan contra una lacra hídrica que en la actualidad supone una pérdida de agua de más del 10%.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios