Nadie le hace sombra al Partido Popular en Galicia. La sentencia es de cajón después de que este 25 de septiembre revalidara la mayoría absoluta por tercera legislatura consecutiva Alberto Núñez Feijóo. Los 41 escaños, la misma cifra que en 2012, le bastan y le sobran al dirigente orensano para mantenerse al frente del Ejecutivo de Santiago de Compostela. Con estos datos, casi triplica al segundo clasificado, puesto que compartieron al alimón En Marea, con el sello de Podemos en estas elecciones, y el PSOE, al obtener ambas formaciones 14 sillones en el Parlamento regional, aunque la coalición morada logró el ansiado sorpasso en número de votos, con una ventaja superior a los 15.000 sufragios.

Feijóo cumplió con las expectativas e incluso superó en más de 10.000 las papeletas que obtuvo en 2012 (661.281) para robustecer su poder y conseguir, por primera vez desde que, por primera vez, arrebató la Xunta al bipartito de socialistas y nacionalistas, ser el único líder de todo el Estado (al margen de ayuntamientos) en lograr una tercera mayoría absoluta, evitando tener que buscar algún apoyo para la investidura.

Lo hizo refrendando su amplia mayoría de la novena legislatura, cuando consiguió 41 diputados, quedándose a dos del techo de Manuel Fraga, que en 1993 se alzó a 43, a falta por computar el voto del Censo de Residentes Ausentes, que no será determinante.

Su aplastante victoria es un alivio para los populares gallegos, que seguirán al frente del Gobierno y también para Mariano Rajoy, ya que estos comicios tienen una clara lectural nacional y el presidente en funciones sale muy reforzado con este panorama después de que Pedro Sánchez, que volvió a cosechar otros dos duros reveses electorales, lanzara el mensaje hace unos días de intentar la formación de un Ejecutivo alternativo junto a Podemos y Ciudadanos.

El PSdeG consigue el peor resultado en la historia democrática de Galicia, con menos del 18% de los votos emitidos, y se deja con este escrutinio más de 40.000 sufragios. De esta forma, se consumó el temido sorpasso, ya que En Marea adelantó a los socialistas con el 19% de los votos, aunque ambas formaciones se quedan con 14 diputados en el hemiciclo gallego.

Los socialistas no frenan el avance de la coalición en la que se integra Podemos, aunque la distancia entre ambas fuerzas no ha sido tan amplia como anticipaban algunos sondeos. Aun así, el retroceso es considerable: de 18 escaños en 2012 a 14. El candidato del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, fue una apuesta directa de Pedro Sánchez, que se volcó en apoyarlo en el proceso de primarias y durante toda la campaña. Sus opciones de gobernar una amplia coalición de izquierdas, consolidada la mayoría absoluta del PP, son inexistentes.

La victoria del PP no contribuirá a desbloquear la situación nacional, pero será utilizada por Rajoy para presumir de la fortaleza de su partido y acrecentará la sensación de que en unas hipotéticas terceras elecciones generales sus resultados pueden mejorar.

Por último, el BNG logra seis actas y un porcentaje de votos del 8,36%, frente al 10,11% de 2012, cuando logró siete asientos y cerca de 30.000 votos más.