Almería

El jurado de la "patera de la muerte" se encierra a deliberar

  • Aunque recibieron el objeto del veredicto durante la mañana del lunes, será hoy cuando se pronuncien

Los miembros del jurado de la "patera de la muerte" recibieron ayer por la mañana el objeto del veredicto. Aunque las partes personadas esperaban que se pronunciasen a lo largo de la jornada del lunes para declarar culpable o no al acusado de matar a seis personas por motivos religiosos, finalmente será este martes cuando se proceda a la lectura de dicho veredicto.

Se esperó hasta última hora pero, dado que no habían llegado a un acuerdo y continuaban deliberando, se optó por volver a citarlos a primera hora de hoy. Así, toca esperar para conocer si, tal y como defiende el abogado defensor, Esteban Hernández Thiel, los jurados consideran que el acusado no acabó con la vida de ninguno de los ocupantes de la patera o, si por el contrario, consideran que hay pruebas de cargo suficientes para que ingrese en prisión por estos hechos.

El encausado, un hombre de 36 años, natural de Camerún, se enfrenta a 90 años de prisión por presuntamente matar por motivos religiosos a seis personas que viajaban junto a él en una patera que fue interceptada cuando se encontraba a la deriva en la costa de Almería y se encuentra acusado de seis delitos de homicidio, en los que concurre la agravante de motivos religiosos o creencias de la víctima.

Según la calificación del fiscal, el acusado llegó el 5 de diciembre a la costa almeriense junto a otras 28 personas de origen subsahariano en una patera que había zarpado dos días antes desde Nador. Durante la travesía hasta España, las condiciones meteorológicas empeoraron, de forma que el oleaje y el temporal hacían zozobrar la embarcación neumática sin motor en la que se desplazaban estas personas.

El fiscal señala que el acusado culpó de las inclemencias meteorológicas a los rezos, amuletos y cinturones tribales de protección espiritual de un pastor nigeriano que se encontraba en la patera. Así, de común acuerdo con su amigo H.T., fallecido durante la instrucción de la causa, se armó junto a éste con unos tablones de madera que ambos habían arrancado del fondo rígido de la embarcación.

Una vez hecho esto, según el Ministerio Público, golpearon al pastor en la cabeza, lo hirieron de gravedad y lo arrojaron al mar con la finalidad de "quitarle la vida". Acto seguido, A.M.B. y H.T. inspeccionaron al resto de ocupantes de la patera para comprobar si también portaban amuletos y cinturones espirituales.

El fiscal afirma que el acusado y su amigo golpearon con los palos a otras cinco personas, a las que también arrojaron al mar "a fin de acabar con sus vidas" por "ser contrarios a esas creencias". En este sentido, el Ministerio Público mantiene que A.M.B. "era consciente de que estas personas no podrían sobrevivir y fallecerían ahogadas o de frío". El fiscal destaca en esta línea el grave menoscabo de la integridad física que habían sufrido las víctimas, así como "la baja temperatura del agua, lo embravecido del mar, la lejanía de la costa, la ausencia de embarcaciones cercanas que les pudiesen auxiliar, y la gran cantidad de ropa que llevaban los pasajeros para soportar el frío".

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