Almería

La madre del bebé lamenta haber confiado en su amiga como niñera

  • El pediatra asegura que la acusada fue esquiva y sólo dijo que al pequeño le había encontrado así · La declaración de dos testigos en la vista oral apuntan a contradicciones en el testimonio de la procesada

María Dolores L. M., la madre del bebé de 14 meses presuntamente asesinado en una guardería clandestina en El Ejido, indicó ayer ante el jurado popular que no denunció a la niñera M. R. A., que era su amiga íntima, porque "confiaba en ella", aunque reconoció que últimamente ya había empezado a notar "cosas que no le cuadraban y que le llevaron a sospechar". La madre de la pequeña aseguró, con los sentimientos a flor de piel y entre lágrimas, que diez días antes del fallecimiento los médicos de Torrecárdenas atendieron al bebé de un dolor de oídos y al ver los hematomas que presentaba en el cuerpo le advirtieron que podría estar siendo víctima de malos tratos. De hecho, los propios médicos emitieron un parte de lesiones al juzgado.

María Dolores explicó que entonces decidió ir a pedirle explicaciones a M. R. A. sobre los moratones, los mismos que achacó a que "el bebé se caía mucho". Bajo una amenaza de sacarlo de la guardería por desconfianza, la acusada se echó a llorar y "me prometió que a partir de entonces lo cuidaría mejor", indicó la madre con los ojos llenos de lágrimas. Sin embargo, la situación empeoró y "fui yo la que tuve que ir a pedirle explicaciones un mes después porque ni siquiera fue al entierro, ni me llamó para ver cómo estaba. Su actitud era muy fría", aseguró María Dolores.

Durante la práctica de la prueba testifical, que continuará hoy, tanto la progenitora como una de las empleadas de la empresa de limpieza de su propiedad apuntaron dos contradicciones en la declaración de la acusada. La empleada explicó que fue a preguntar a la procesada qué había ocurrido ese mismo día antes de ir a hospital para interesarse por el estado del hijo de su jefa y nunca después tal y como aseguró M. R. A., para justificar el no haber ido hasta el centro sanitario. Confirmó, asimismo, que la quemadura que el pequeño tenía en el labio superior se la produjo un cigarro que la acusada tenía en la boca cuando le cogió en brazos y no la madre, quien declaró ante la sala no haber fumado nunca.

La vecina de la vivienda usada como guardería resaltó en su declaración que cuando M. R. A. le pidió que la llevase al centro de salud con el bebé le contó que éste se había caído del carrito, sin embargo, a la pediatra que atendió al pequeño le aseguró que se había desplomado después beber zumo de naranja. La facultativa describió a la acusada como esquiva ante las preguntas que le hizo para poder hacer un diagnóstico. "Sólo me decía que se lo había encontrado así", aseguró al mismo tiempo que describió de "extrema gravedad" cómo llegó el bebé.

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