Almería

Un incendio forestal arrasa más de 2.000 hectáreas en la sierra de Turre y Mojácar

  • Más de 400 personas fueron desalojadas como medida de prevención y más de 20 cortijos quedaron devorados por el fuego · Las llamas amenazan con entrar al núcleo urbano

El aire es irrespirable. Turre, Los Gallardos, Mojácar, Garrucha, municipios con una densa nube de humo que oculta el sol desde las dos de la tarde, hora en que comenzó a arder Sierra Cabrera, un año más. De Cortijo Grande y Cortijo Cabrera baja una hilera de coches. En las caras de sus ocupantes se aprecia la angustia, el sobresalto del inminente peligro, además del temor a perder sus casas. Era la crónica de un siniestro anunciado a tenor de la viveza de las llamas, y lo esperado ocurrió. Más de veinte cortijos fueron devorados por el fuego.

A las 22:46 horas, las llamas ya amenazaban a Turre, estaban muy cerca del cementerio, donde se estableció el puesto de mando.

La Guardia Civil bloquea todos los accesos a la sierra como medida preventiva. Los daños materiales son recuperables, las vidas humanas no tienen precio; así pues, cumplen con su deber. A medida que se asciende por las trochas hasta La Carrasca la humareda es más densa, la respiración es dificultosa, la visibilidad casi nula. El viento, el puñetero viento de poniente es tan caliente que obliga a retroceder. Justo detrás de la peña están las llamas. Hay que correr en dirección sur porque el fuego envuelve rápidamente, cota caminos.

En Los Murtales, donde el pasado año el fuego ya se cobró su tributo, los retenes del Infoca intentan un corta fuegos que finalmente surte efecto y los efectivos logran preservar de las llamas a un paraje repleto de pinar y de gran valor medioambiental, la única zona del pinar del Levante almeriense.

Por tierra es imposible acercarse al fuego, todo lo más el empeño, el trabajo para que no avance. Guardia Civil, Infoca, Protección Civil, Policía Local, Cruz Roja, todos los efectivos de los distintos Cuerpos trabajan con el objetivo de que el fuego no avance. Y a este dispositivo se sumó a última hora de la tarde un batallón de 120 militares de la base de Morón, que fue alertado pasadas las 18:30 horas, cuando el Infoca activó el nivel dos y precisó del apoyo del Ejército de Tierra. Va a intervenir en apoyo de quienes llevan horas y horas batallando contra el fuego. La noche va a ser larga y el fuego es muy vivo.

El alcalde de Turre, Francisco Ortega, a pie de fuego explica a Diario de Almería que "el viento de poniente es un mal enemigo, esto va a durar más de lo inicialmente previsto. Estamos evacuando Cortijo Cabrera y Cortijo Grande por precaución y a ver si tenemos suerte. Todos los efectivos contra incendios de Almería están concentrados aquí". Con la preocupación en el rostro, la alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano, también se desplazó hasta el puesto de mando, donde permaneció durante la tarde y parte de la noche junto al delegado del Gobierno, el Subdelegado del Gobierno, y el delegado de Medio Ambiente.

Se oye el motor de los aviones, se oye el rotor de los helicópteros, pero no se les ve. El humo apenas deja ver tres pasos adelante. Olivia y Alex Nile han visto las llamas a cinco metros de su casa, están sentados en el interior de su coche en silencio. Olivia ordena el neceser en el que han metido lo poco que les ha dado tiempo a sacar. Ambos tienen la vista puesta en un perdido punto fijo, tal vez en las llamas tan cercanas como en su vida las han tenido. De hecho, como aseguraron desde el Ayuntamiento de Turre, "aunque no ha habido siniestros humanos, sí hay casas calcinadas". La mayoría de los desalojados pasarán la noche en casa de familiares y amigos, pero una treintena de personas tendrán su cobijo en el Centro de Artesanía de Mojácar, donde Cruz Roja ha instalado su albergue de campaña.

Las sirenas de las ambulancias indican que alguna persona está siendo trasladada al centro médico debido a la intoxicación de la humareda. Una voz avisa de que dos casas están ardiendo, sus propietarios ya fueron desalojados a tiempo. Fátima, propietaria de un restaurante, se tapa la boca con un pañuelo mojado que la ayude a respirar mejor. No queda nadie en los núcleos de Cortijo Grande y Cortijo Cabrera, la evacuación ha sido total. La sensación fantasmal es inevitable, la única compañía es el crepitar de las llamas y el crujido de las rocas a punto de reventar. Los retenes del Infoca se juegan el tipo a cada paso, a cada racha de viento. Se hace misión imposible fotografiarlos envueltos en el humo, es una niebla densa, espesa, deja mal sabor de boca y dificulta el paso de la saliva. Hay que salir de ahí, como sea.

El dispositivo de Prevención y Extinción de Incendios realizó ayer otras cinco intervenciones diferentes en la provincia de Almería debido a la incidencia de una tormenta seca que ha generado incendios en los términos municipales de Vélez Blanco, Bédar, Aguadulce, Turre y dos incendios en Sorbas. Los efectivos solventaron la mayoría de las actuaciones sin dificultad, liquidando incendios con escasa superficie afectada, salvo en el caso de Turre, donde el incendio se ha propagado debido a las condiciones adversas de meteorología en la zona (humedad relativa del 5%, viento con velocidad de hasta 30 kilómetros por hora y 40º centígrados de temperatura).

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