Almería

Poesía que vuela con alas de libertad cerca de El Acebuche

  • El Ministerio del Interior ha premiado la labor de Candil Radio, que dirige dos programas en la prisión · La entrega se produjo durante el día de la Merced

Libre, libre quiero ser... Las palabras no pueden estar encerradas. Nacen del aire y en él mueren, siguiendo el rastro sinuoso de la poesía. Quedan atrapadas para siempre entre las páginas de un libro, pero existen maneras de abrirles puertas, para rompiendo el silencio, dejen constancia de una existencia eterna. La emisora Candil Radio lo sabe. Conoce el valor de la voz cuando se cuela en los cables y llega, mágica, a formar parte del otro. Del que escucha, del que oye.

Ha hecho uso del micrófono, de la soledad de una cabina que esta vez se ha expandido hasta alcanzar la esencia del centro penitenciario de El Acebuche donde, tras el tiempo transcurrido, se encuentran como en casa. Mantienen dos programas de radio, uno de ellos con la Federación de Discapacitados que están en prisión, Corazones sin fronteras y además desarrollan un Club de Lectura, Libertad tras las rejas, que ha enganchado a los libros a casi todos los reclusos que en estos momentos cumplen condena.

El trabajo no ha sido en balde. Han obtenido recompensa. Merecida. Porque no hay nada material con lo que premiar el esfuerzo de las personas, pero sí ha servido para animar, potenciar y buscar lo imprescindible de cada uno de los participantes. Eso ha quedado en evidencia tras la entrega de una distinción por parte del Ministerio del Interior durante la celebración del Día de la Merced. "Estamos hablando de un premio a la labor que estamos haciendo y que ha quedado evidente con dos reconocimientos", asegura el director de esta emisión, Juan Miguel González, Juancho para quienes le conocen y comparten ratos entrañables tras las paredes encaladas del centro penitenciario.

La lectura, plato fuerte de estas emisiones, es alimentada día a día gracias a la solidaridad de personas que llevan libros para que entren a formar parte de aquello que ya está contenido en el archivo de la prisión. "Quiero destacar el trabajo que realizan los que cuentan con algún tipo de discapacidad intelectual", señala González, "es impresionante ver el esfuerzo y su afán de superación".

Fruto de este trabajo, cada vez son más los reclusos que se están animando a conocer los misterios de la radio, la esencia de la palabra que no conoce fronteras ni límites. "Vamos a seguir llevando adelante este programa, y no sólo estamos seguros de eso, sino que además hemos previsto la puesta en marcha de una nueva emisión, Paraíso Dance, en el que ellos mismos podrán hablar sobre música", manifiesta el director, que en todo momento siente el orgullo de estar haciendo algo importante. Pese a que sólo es un proyecto, es ambicioso. Todos lo saben y él se reafirma.

González está seguro del éxito que podría conseguir la creación de una emisora interna, en el mismo centro penitenciario. "Esto es, de momento, sólo un proyecto", afirma el director.

La cárcel ha dejado de ser algo cerrado. Ahora, con los programas de Candil Radio, se abre a la gente, mostrando el lado más soñador y sorprendente de los reclusos. La emisora ha conseguido llegar más lejos. Más aún. Las rejas se quedan atrás. Abre el cielo, las palabras vuelan hacia una libertad que la poesía en antena puede darles.

Entre otros, han recibido la visita del escritor Antonio Rodríguez Gómez el día 9 de septiembre que aprovechó su estancia en el programa para hablar de su último libro, El último Hayib de la Alhamabra.

En la web de la emisora, www.candilradio.com, los interesados pueden escuchar las grabaciones de los programas realizados en El Acebuche.

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