Almería

Teatro Apolo (II)Feudo de Educación y Descanso

LA eficaz intervención arquitectónica planteada por Ángel Jaramillo restituyó a su estado original, en la medida de lo posible, el venerable teatro proyectado por Enrique López Rull e inaugurado en abril de 1882. Para ello contó con unas viejas fotografías del Apolo facilitadas por el conserje municipal Juan Zapata (expuestas en la entrada junto a cuatro de las primitivas columnas de hierro forjadas en Talleres Oliveros). Las obras paliaron las acometidas en los años treinta y sesenta, en que se perdieron los palcos laterales a favor de su adecuación como sala cinematográfica, e integrando en un único inmueble las casas colindantes de Juan Lirola y Obispo Orberá, lugar de ensayo de Educación y Descanso y vecina de la antigua Comisaría de Policía y de la ONCE.

Con una nueva gerencia y reconvertido en Café cantante, el Apolo inició su andadura en el siglo XX cediendo en parte el glamour de la centuria anterior. En 1900 se establece el Círculo Literario y el Republicano y acoge sesiones poéticas de Juegos Florales. En enero de 1908 (sin perder el original nombre) pasa a subtitularse Salón "Ena Victoria" y en 1916 Kursaal Salón Music Hall. Definitivamente, en la década de los veinte, cierra sus puertas al mundo de la farándula (bailes de máscaras, salones de juego, camareras de alterne) en medio de un notable escándalo; tachándolo la derecha conservadora y el Obispado de contrario a la moral y, a mayor inri, ¡a precios prohibitivos! Más adelante se instaló La Unión Ferroviaria y un economato de los Ferrocarriles del Sur. Construido a expensas de la sociedad Los Veinte (ampliada), la propiedad actual corresponde a la Junta de Andalucía, quien tiene cedido su uso, conservación y explotación al Ayuntamiento. La cronología de sus diferentes propietarios y vicisitudes podemos establecerla a través de protocolos notariales del Archivo Histórico y en el Registro de la Propiedad.

Tras la guerra incivil, la Secretaría Nacional de Cultura Popular delegó sus funciones en la recién constituida Obra Sindical de Educación y Descanso -dependiente de los Sindicatos Verticales franquistas-, quines ocuparon el teatro. Mientras realizan tareas de limpieza y adecentamiento, abren la terraza Apolo A, en el solar que hoy ocupa el Gran Hotel y el Palacio de Justicia (pasada dos décadas se le sumaría la Apolo B, en terrenos de la Escuela de Formación Profesional "Francisco Franco", c/. San Juan Bosco). Su programación al aire libre cubre la temporada estival ofertando, junto a sesiones de cine: veladas de boxeo, compañías de ópera flamenca, bailes y cantos regionales, actos políticos y sindicales, cruces de mayo, etc. En el Apolo A, por ejemplo, radicó la primera Caseta Popular de titularidad municipal y la primera -previo pago los hombres y gratis la señora o señorita acompañante- de ambiente andaluz y convencional: engalanada con farolillos, guirnaldas y motivos agrícolas (parrales, barriles de uva), rifas, tómbola, orquestas de bailes y vocalistas actuantes en el Café Colón o Español. Entre las figuras del flamenco de la época que subieron a su tablado tenemos a Pepe Marchena, Niña de la Puebla, El Americano, Jacinto Almadén, El Mejorano o Canalejas. En Almería, dado su excelente clima, proliferaron este tipo de locales lúdicos a cielo abierto (en su momento documenté hasta una veintena); lo céntrico y espacioso de sus emplazamientos las hizo desaparecer al compás del feroz desarrollo urbanístico desatado en la capital en los sesenta/setenta.

De regreso al coliseo de Obispo Orberá, cinco nombres propios caben destacar: Santiago Frías, director de la Obra Sindical; Cristóbal López Lupiáñez, responsable de Educación y Descanso; Rafael Barco y Francisco Gomis Peinado, directores musicales, y José Fernández Campos "Richoly", alma mater de su grupo de Coros y Danzas. Recordarán igualmente que durante los años 60 y 70 en el Apolo cohabitaron teatro y cinematógrafo, escenario y pantalla grande, e incluso fue sede del Cine Club Oseyda, dirigido por el "camarada Antonio Amérigo". Sin embargo, fue tres los apartados específicos en donde alcanzó su máximo esplendor: Cuadro de Actores y Lírico, Concursos de Variedades y Flamenco y los citados Coros y Danzas, en competencia con Sección Femenina. A falta de un ensayo monográfico, valgan unos reducidos apuntes.

El 7 de abril de 1952 -prólogo a la Semana Santa- el grupo artístico de Educación y Descanso escenificó el auto sacro-musical "Mater Dolorosa" (repetido en años posteriores por distintos elencos de aficionados pertenecientes a la Obra Sindical). En la primera parte, la agrupación musical de Cámara, bajo la dirección del maestro Rafael Barco, ofreció un concierto con obras de Grieg, Beethoven y Mozart; dando seguidamente paso al "recital de canto de la notable soprano lírico-dramática Asunción Giráldez". En la segunda parte fueron los coros de E. y D., a gran orquesta, interpretaron "Los siete Dolores de María Santísima", "cooperando el Cuadro Artístico de la Obra en la representación plástica de los mismos". Conducidos por el locutor Quino Santaella, allí se escucharon las voces solistas de Santiago Frías, Juan Checa, Manuel Gutiérrez, Pilar Velasco, Segado, Antonio Alonso y el amigo Miguel García (propietario de la acreditada Jamonería Andaluza, en Puerta de Purchena). Autoridades, afiliados, familiares y público en general llenaron por completo el mediano aforo del teatro Apolo, ovacionando a los músicos, actores y cantantes en la doble función de tarde-noche.

A comienzos de diciembre de 1957 parejo éxito obtuvo la reposición de la zarzuela lírica-andaluza "En mi jaca jerezana", libreto de Ramón Guijo y José María Rull con música de Rafael Barco. La obra, estrenada en diciembre de 1935 en el teatro Cervantes, está ambientada en la serranía de Ronda durante la subida en romería a la Virgen del Escondrijo. Barco nos cuenta que respecto a la original "se habían estrenado algunos musicales que antes no tenían, y que el público acogió con cariñosos y prolongados aplausos: una plegaria en el segundo acto para la tiple, un terceto cómico y una voz para el personaje llamado "El Inglés". Yugo destacó entre sus intérpretes a Angel Barceló, Isabelita Quero, Francisco Rodríguez, Rosalía de la Rosa, Tomás Salvador y Andrés Samper.

Sin espacio para mayores consideraciones, debemos agradecer la ímproba labor realizada por Pepe Richoly en el rescate y estilización de los más genuinos cantos y bailes autóctonos; disponiendo para ello de los mejores cantaores y guitarristas locales y de un ramillete espléndido de bailaoras/es que supieron difundir el folclore provincial en numerosas giras por España y el extranjero. En distintas fechas coincidieron con los concursos de Flamenco y Variedades "Fiestas sin Hilos", antecesora local del nacional "Fiesta en el Aire". Digamos para concluir, que la peña flamenca Los Tempranos (merecedora sin duda de todo un capítulo) tuvo en el Teatro Apolo el marco escénico idóneo donde desarrollar su arte… ¡Ay, aquella Pastoral Flamenca de 1972 vestidos todos de pastorcitos… !

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