La Asociación Autismo Almería salió ayer a la calle con mucha fuerza. Para empezar, a partir de las 10:00 de la mañana, estaban colocando sus stands informativos por diversas zonas de Almería. Uno en la plaza del Educador, en el Mercado Central, en la Universidad y en un centro comercial. En todos ellos, se ofrecía información a los transeúntes con folletos explicativos y con ejemplos claros. Uno de ellos, el de Carmen Nieto, madre de un niño autista de trece años. Reconoce que descubrió tarde la asociación, con quienes ya lleva dos años. No obstante, la lucha personal comenzó antes. Cuando el pequeño tenía dos años, un comportamiento extraño valió a los expertos para diagnosticarle autismo. "Tenía muchos problemas de comunicación, a los dieciocho meses, cuando todos los bebés lo hacían, el mío no andaba ni nada", explica. Al principio "cuesta mucho asimilarlo, porque te dicen que no tiene cura y que es complicado, pero luego te das cuenta de que con mucho trabajo avanzas mucho". Apenas le queda tiempo para dedicarse a ella misma pero "mi hijo me devuelve mucho cariño". El funcionamiento con las personas que padecen autismo es complejo. "Todo funciona con premios y agradecimientos", explica María del Mar García, psicóloga. La gente pasa por el stand, se detiene, pide información. Y ellos demandan ayuda. "Queremos que Educación entienda que necesitamos un aula para Educación Secundaria, porque tenemos dos alumnos que han cumplido ya la edad y ahora no podemos escolarizarlos en específicas, tenemos ese problema", asegura Sandra Rivera, otra de las madres de la asociación. La mañana pasa rápido entre globos y sonrisas. Llega la tarde, de nuevo continuar con la labor. Pero ellas están contentas.