Crónicas desde la Ciudad

Refugios contra la barbarie y la cobardía (II)

  • Independiente de los provisionales habilitados por particulares en barriadas y centro urbano, el 22 enero de 1937 se firma un proyecto de Refugios de Almería a construir con celeridad por el Concejo Municipal

SIENDO Gabriel Morón gobernador y José Santisteban alcalde accidental se creó la Comisión Mixta de Refugios, sucesora de un Comité de Fortificaciones encargado por el Frente Popular de la construcción y control de instalaciones estratégicas en la retaguardia. A comienzos de 1937 el Ayuntamiento recibió del Gobierno un auxilio económico que permitió a éste abonar doscientas mil pesetas de jornales atrasados a los quinientos hombres que trabajaban en fortificaciones civiles (sesión ordinaria, 19 de abril). Sin embargo, las autoridades republicanas tenían conciencia de la necesidad de un plan global urgente de galerías subterráneas dado el preocupante cariz que auguraba la contienda.

El 3 de septiembre del 36 sufrió Almería el primer ataque faccioso y el 8 de noviembre el bombardeo de los depósitos de Campsa por el crucero "Canarias" (Juan Gil Muñoz encabezó un nutrido listado víctima). Pero fue la ruín incursión aérea de la noche de Reyes -siete muertes cobradas- la que aceleró los planes. El 22 de enero de 1937 el arquitecto Municipal, Guillermo Langle Rubio, y los ingenieros de Caminos y Minas José Fornieles y Carlos Fernández Celaya firman el "Proyecto de Refugios Contra Bombardeos en la Ciudad de Almería" bajo la responsabilidad de la Comisión Mixta y del Ayuntamiento. El documento proporciona una información valiosa, aunque no debemos obviar que se trata de un proyecto no ejecutado en su literalidad.

En su introducción se razona que "Almería tiene unas condiciones excepcionales para resolver fácil y seguramente el problema de sus refugios antiaéreos en casi toda su extensión superficial, porque estando asentada la Ciudad sobre una ladera de tierra mezcla de arenas y arcillas rojas, con bastante inclinación, puede alcanzarse cualquier profundidad sin temor a humedades que suelen presentarse por bajo de los veinticinco metros por término medio. A unos dos metros de profundidad, encuéntrase invariablemente en toda ella un conglomerado de cemento calizo, llamado lastrón en la localidad, que tiene un espesor de un metro aproximadamente como mínimo y en algunos sitios esta capa no está sola, suele haber otra segunda, tan potente como esta". Finalmente se perforaron a entre nueve y doce metros bajo la rasante de la calle, "bastante para sustraerlos a los efectos de las bombas que conocemos". Esto permitirá, en el proyecto inicial, insisto, diseñar 18 tramos con una longitud total de 4,563 kms. -sólidos, con los enlaces necesarios, contrafuertes, anchura y altura que permitían una segura estancia-; y 67 "bocas" por las que acceder y evacuar treinta y cuatro mil personas. Suficientes, ya que la capital censaba sobre 40 mil habitantes, además de varios miles más llegados de la provincia y de Málaga al ser tomada en febrero por las tropas franquistas; suma a la que debemos restar los hombres movilizados en el frente y los que pernoctaban en cortijos y pueblos cercanos. En caso de necesidad podía utilizarse, y así se hizo, "una formidable cueva que existe en el barrio de Las Mellizas, capaz… para cinco o seis mil personas. Se trata, casi sin ninguna duda, del hueco que quedó al extraer la piedra para construir la Catedral o acaso para la construcción de La Alcazaba… La baratura de conseguir en ella un amplio lugar de refugio aconseja dejarla expedita por si fuera útil para almacenamiento de combustibles".

Financiación

El proyecto presenta un presupuesto muy detallado: precios de distintas categorías de jornales (albañiles, maderistas, mineros, barreneros), cemento y otros materiales, transportes, descombros, seguro y retiro obrero, etc. con un coste próximo a los cuatro millones y medio de pesetas. No obstante, la actualización de los precios (del cemento, por ejemplo) lo alejó de las previsiones iniciales, quedando sin cuantificar la inversión definitiva. Independiente de una tecnología poco desarrollada ante una iniciativa de tal magnitud y de la urgencia requerida, la mano de obra y la financiación supusieron los dos principales escollos a salvar. Con los "brazos jóvenes" en las trincheras, se ocupó a todo aquel que no desempeñara labores imprescindibles. La documentación existente es abundante en gestos de generosidad de los afiliados a sindicatos y partidos del Frente Popular, trabajando gratis después de su jornada laboral o en festivos. En otra ocasión, la oficina de Evacuación colocó en las obras, a través de UGT-CNT, a "57 compañeros que se encuentran en esta en calidad de refugiados… con lo que evitaríamos en parte el estado de holgazanería en que están sumidos". También los ociosos de bares y cafés fueron habitualmente "invitados" a picar y/o retirar la tierra sobrante hasta vertederos (con ella se construyó el camino al Matadero).

Los dos millones de pesetas que el Gobierno proporcionó al Ayuntamiento, anticipadas por el Banco de Bilbao, no eran suficientes. De motu propio u obligada, la ciudadanía sufragó en parte la defensa de su propia seguridad. Las variantes son numerosas: colectas en periódicos, día de haber de funcionarios, militares y asalariados; aportaciones del comercio vía beneficios; mensualidad a pagar por los propietarios de viviendas, tasas en los espectáculos, funciones benéficas, "sello pro-refugios de 25 céntimos a todos los varones que se ausenten de la ciudad", etc. Vivían en precario, pero en momentos de dificultad supieron arrimar el hombro.

Nuevo gobernador

La Gaceta de la República publica (28 de junio, 1937) un decreto por el que se crea la Junta de Defensa Pasiva, en la que se integra la DECA (Defensa Especial Contra Aeronaves). En Almería, constituida el 22 de octubre, la componen el jefe de la citada DECA, un representante del Gobierno Civil, tres del Municipio y otro de la Prensa.

A finales de julio de 1937 Vicente Talens Inglá sucede a Gabriel Morón en el Gobierno Civil. Miembro del Partido Comunista, con él los refugios cobran un nuevo impulso, instando a los militantes del PC "a que trabajen con carácter gratuito". El 2 de marzo del año siguiente acompaña a la Prensa en un completo recorrido para verificar el estado en que se encuentran, finalizados o no. El primero en visitar es el de Las Almadrabillas (debajo del cargadero del mineral); de aquí al Diezmo y Los Molinos (junto al paso a nivel), plaza Béjar, calles Cantares y Silencio, avenida de Vílches (sin terminar), Pi y Margall y "el de la antigua iglesia de San Sebastián". Sumado el aforo de todos ellos (especifican uno por uno) alcanza las 8.330 plazas… "el de la Avenida de la República, casi terminado, tendrá cabida para varios miles de ciudadanos", seguía la nota. El estadillo final nos habla de 38 refugios construidos y capacidad para 35 mil personas en la Primavera de 1938.

Ceñidos obligatoriamente a las cifras y fechas, el tema queda a falta de mil detalles; nombres propios, sanidad, alarmas, accidentes, sellados de bocas y kioscos, etc. Aprovecharé cualquier efeméride significativa para detallarlos. Mañana, relación nominal, inédita, de las víctimas en retaguardia de los bombardeos por mar y aire.

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