Los vecinos de Las Salinas se echan las manos a la cabeza cuando entran al templo en el que se celebró misa hasta el año 2004. Los bancos se encuentran arrinconados, el polvo acumulado durante años y el altar con numerosas velas, aunque lo que más choca son las distintas inscripciones en el suelo, una verdadera obra a la par artística y vandálica, que no volverá a repetirse puesto que la iglesia será cerrada en los próximos días hasta su reapertura en un periodo aproximado de ocho meses.

El vicario de Obras del Obispado de Almería, Miguel Romera, realizó ayer la visita previa al inicio de los trabajos y que permitirá el desalojo del inmueble y el cierre de ventanas y puertas, coincidiendo con el descubrimiento hace poco más de tres días de las inscripciones que poco a contribuido a la dignificación del templo por el que han luchado durante años los colectivos vecinales y culturales de la barriada de la capital.

Quedará cerrado al paso de personal no autorizado y aunque no se habla de nombres, aún queda latente en el estamento eclesiástico unas sospechas que no serán reconocidas hasta que los jueces y policía determinen una autoría, tras la denuncia interpuesta nada más conocer los actos vandálicos sobre el templo que no ha sido desacralizado pese a su desuso por su mal estado de conservación. Hasta que se termine la obra se espera que puedan recuperarse los objetos e imágenes que también se echan de menos por parte del vecindario y cuyo robo también ha sido denunciado por parte del Obispado.

No hay fecha para que comience el grueso de los trabajos, más cuando hasta el pasado martes no se trasladaba al Ayuntamiento de Almería el visto bueno por parte de Costas, necesario para la obtención de la licencia de obras.

Buena acogida han recibido, en palabras del propio vicario, la aportación económica que ha anunciado el Ayuntamiento de Almería, unos 150.000 euros que aliviarán el importante costo, previsto en aproximadamente 400.000 euros. El apoyo municipal permitirá la dotación de una sala externa en el edificio que dedicará a usos turísticos. Con diferentes miras se refiere a las intenciones anunciadas por parte de la Junta, de proteger el edificio "que ha estado desprotegido desde que abrió sus puertas".

Comienza así el primer paso para una rehabilitación que se espera que está finalizada tras ocho meses de intervención por parte de una empresa que ya participado en la mejora de la Iglesia de San Antón, de la cubierta de la capilla del sagrario de la Catedral o el archivo diocesano.

El proyecto, según explica el responsable de la empresa adjudicataria, Antonio Nieto, supondrá una intervención global en el edificio, con dos puntos de mayor dificultad como son la intervención sobre el torreón y la sustitución de algunas vigas, según la estimación del arquitecto del proyecto. "Nada que se escape de nuestras posibilidades", en comparación con otros proyectos ya terminados tanto en la capital y la provincia. Durante los meses de intervención trabajarán de entre cuatro a ocho operarios.

El primer paso para que se convierta en realidad la demanda vecinal de mejoras en el templo se ha visto materizada con una visita tanto al interior del inmueble para coordinar los primeros trabajos, es la parte que el Obispado aporta para que pueda reabrirse al culto el edificio, con la esperanza "de que la presión ejercida para las obras también se vea reflejada en su utilización para la Eucaristía".