Sevilla

"Soy el único que ha cumplido tres años por un zapatazo y no volvería a hacerlo"

  • El ciudadano sirio, que acaba de salir de prisión, intentará ahora regularizar su situación en España, donde pretende quedarse a vivir. Reivindica que su acción contra Erdogan era una protesta por la situación de su pueblo.

Acaba de salir de prisión, donde ha cumplido a pulso la práctica totalidad de la condena de tres años de cárcel por haber lanzado el 22 de febrero de 2010 un zapato al primer ministro turco Recept Tayip Erdogan. Cuarto de diez hermanos y soldador de profesión, a sus 30 años Hokman Joma sólo piensa ahora en poder regularizar su situación en España, donde desea quedarse. El joven confía en que no sea expulsado a Siria, donde vive toda su familia.

-¿Cómo se encuentra ahora que ha abandonado la cárcel?

-Estoy muy bien. Lo peor ha pasado. He cumplido casi tres años, 33 meses, y ahora tengo que legalizar mi situación. Ahora mismo estoy ilegal, no tengo papeles, y me quedan tres meses de la condena hasta que resuelvan sobre el indulto.

-¿Cómo cree que fue su proceso en comparación con el del famoso zapatazo a George W. Bush?

-La Justicia ha sido dura conmigo. Soy la única persona en todo el mundo que ha cumplido tres años por lanzar un zapato. El periodista iraquí Muntazer al Zaidi lanzó dos zapatos y al mismo tiempo insultó y George Bush tuvo que esquivar los zapatos. Pero el mío pasó encima del coche, él [Recept Tayip Erdogan] ni se tuvo que mover ni nada. Y me condenan a tres años. No me quejo de la Justicia, porque era un delito. La ley está ahí y tenemos que cumplirla, es para todo el mundo. Pero en un país democrático de tres años podría haber sido condenado a una multa o, a lo mejor, hacer como le pasó a Al Zaidi, que cumplió ocho meses y 11 días.

-¿Por qué se fue entonces tan riguroso en su caso?

-Yo lo entiendo. España tiene buenas relaciones comerciales, de exportación de armas a Turquía, pero podían condenarme y luego indultarme, o darme el tercer grado, porque en estos tres años sólo me han dado dos permisos. Si tú estás en la cárcel y tienes buena conducta, estando en segundo grado, y no tienes partes disciplinarios, cuando cumples una cuarta parte de la condena te corresponde el permiso, pero yo he pasado el cuarto, la mitad y tres cuartas partes de la condena y al final me han dado sólo dos permisos, de tres y seis días.

-¿Por qué lanzó usted aquel zapatato al primer ministro turco?

-El zapato tiene mucho significado para el pueblo kurdo. Yo lo lancé para demostrar que el pueblo kurdo está vivo, nuestra lucha está viva, que no hemos olvidado nuestra tierra y nuestro pueblo, que estamos luchando de una manera pacífica.

-Pero lanzar un zapato no puede entenderse como algo pacífico...

-Me sentí indignado. Llevo en mis venas sangre kurda, me llamó la atención, y lo que hice es lo más sencillo y pacífico. Un zapato es lo que duele más psicológicamente, no va a hacer daño ni va a matar ni va a quedar minusválido. El pueblo kurdo lleva siglos sufriendo, nos tratan como ciudadanos de tercera categoría, no tenemos derechos, no podemos hablar nuestro idioma ni leer. Lancé un zapato como el que lanza huevos o lleva una pancarta.

-Después de todo lo que ha pasado, ¿volvería a lanzar el zapato si pudiera volver atrás?

-No volvería a hacerlo, pero como somos 40 millones de kurdos seguro que habrá otro kurdo ahora que quiera mojarse. Yo no voy a repetirlo más.

-¿Cómo han sido sus tres años en la cárcel?

-Las cárceles de aquí son diferentes a las de Siria. He tenido muy buena relación con los funcionarios, el único problema que he tenido es que una vez borraron el señor don en las cartas que recibía de mis amigos. He hecho un curso de cocina, he estudiado dos cursos de idioma castellano, he tenido algunos amigos que son muy buena gente, he adquirido madurez en la cárcel, la cárcel tiene su parte mala y buena. Antes de entrar en la cárcel apenas hablaba español, me he examinado del graduado escolar en la cárcel pero no he aprobado Sociales porque sólo estudiaba en la cárcel una hora diaria y el examen de la Junta era totalmente diferente a lo que había estudiado.

-¿Teme ser expulsado de España en cualquier momento?

-No lo temo porque España es un país democrático y no creo que me vayan a mandar a la muerte. Mis hermanos y mi familia están con los rebeldes de Siria, ahora me van a expulsar y están viendo cómo en Siria la gente va andando por la calle y sin hablar le dan un tiro en la cabeza. El viernes fui a la comisaría a recuperar mi pasaporte y me preguntó la Policía si estaba ilegal. Yo llevaba mi chaqueta por si acaso me dejaban en el calabozo, pero me entregaron mi pasaporte y no me dijeron nada.

-¿A qué cree que se debe el retraso del indulto?

-Creo que había temas de política en medio. La duración del indulto es normalmente de cuatro a ocho meses, pero el mío yo creo que lo dejaron en un sitio porque han pensado cuando quede poca condena se lo damos. Creo que me lo van a dar porque he cumplido la condena entera y ahora pueden darlo como un beneficio después de 33 meses, para que la opinión pública diga: "mira, el Gobierno ha indultado al kurdo", pero la realidad del indulto llega tarde.

-¿Usted se quiere quedar a vivir en España?

-Sí, me gustaría quedarme aquí si me dejan. Si me dan papeles. Tengo dos opciones: pedir asilo político con la asociación de Pro-Derechos Humanos, no creo que me lo vayan a denegar. Hay dos maneras para conseguir los papeles: asilo político o arraigo social. Para el arraigo social tengo problemas con el pasaporte, que tiene que estar en vigor y ni siquiera tenemos embajada, y no puedo ir allí porque me van a quitar el pasaporte, y tengo que traer el certificado de antecedentes penales de Siria, que es más difícil lograrlo.

-¿Qué le gusta más de España?

-Me gusta la manera de ser de la gente, no es racista, hay igualdad, el clima sobre todo en Andalucía, la playa, la comida, el fútbol, y las mujeres, que son muy guapas. Todo me gusta. De momento no estoy trabajando porque sin papeles no puedo trabajar.

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