"Por supuesto, confía en mi inocencia plenamente". El ex consejero de Empleo José Antonio Viera, de quien la juez Mercedes Alaya ha solicitado su imputación en el Tribunal Supremo por el caso de los ERE, puso ayer en un apuro al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al revelar que ambos habían conversado después de la elección de éste último y que el nuevo líder le había transmitido la necesidad de mantener la "serenidad" y la "fortaleza". "Confía en mí", explicó Viera por la mañana en una entrevista en la Cadena Ser en la que intervino también un periodista del Grupo Joly, editor de este diario. Sin embargo, y ya por la tarde, Pedro Sánchez se vio obligado a rectificar al ex consejero a quien Alaya hace responsable de regar la Sierra Norte de Sevilla con subvenciones sin justificar y destinadas a lo que ella llama su "círculo". Sánchez, desde Ibiza, fue muy claro: "No es que confíe en él, sólo espero que sea inocente".

El nuevo secretario de los socialistas, sin embargo, sí defendió la honorabilidad y la honestidad de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Tal como la presidenta de la Junta, Susana Díaz, había hecho el día anterior, el velo de la confiazan sólo lo utilizó para cubrir a Chaves y Griñán. Cuando Díaz fue interrogada por el resto de afotrados cuyo caso se ha enviado al Supremo, respondió con una evasiva: no comenta los autos. De este modo, los dirigentes socialistas parecen haber escrito una línea roja entre los ex presidentes y los otros cinco aforados.

En la misma entrevista, Viera mantuvo que no había participado en en ninguna acción "de tipo ilegal y mucho menos inmoral". Mercedes Alaya le hace responsable que el 60% de las ayudas a empresas del programa relacionado con los ERE se concentrase en la Sierra Norte de Sevilla, y en su "círculo" de conocidos. Viera aseguró que llevaba 20 años yendo a esta comarca sevillana, pero aseguró desconocer a los dos empresarios más beneficiados: José María Sayago y José Enrique Rosendo, hijo de un ex alcalde socialista de El Pedroso. Es más, el ex consejero también mantuvo que desconocía que su hija hubiera sido contratada por una empresa de estas dos personas, que constituyeron un holding para beneficiarse de las ayudas de la Junta.

En un juego de desmemorias, Viera también relativizó su cercanía al ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, también orihundo de la Sierra Norte y ex alcalde de la misma población. De él dijo que se lo encontró ya nombrado por un anterior consejero, y que lo mantuvo en la estructura de la Consejería, donde sería confirmado también por su sucesor en el cargo, Antonio Fernández. Viera mantuvo que su condición de aforado -es diputado- le ha perjudicado al no poder defenderse hasta que el caso ha entrado en el Supremo.