Andalucía

El reflejo mediático de un escándalo

  • En los juzgados había más informadores que abogados y procuradores.

Pocos asuntos han concentrado frente a los juzgados granadinos a tantos periodistas, fotógrafos y cámaras como el escándalo de los presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la diócesis granadina. Ayer, en los aledaños del complejo judicial de la Caleta había más profesionales de la comunicación que abogados y procuradores.

Las futuras vías del metro se inundaron de micrófonos, produciéndose una estampa nada habitual que llamaba la atención de conductores y viandantes. Hasta cuatro unidades móviles estuvieron aparcadas en la zona para permitir las conexiones en directo de los trabajadores de los medios audiovisuales.

En total unos cincuenta informadores, entre gráficos, reporteros y redactores, permanecieron desde muy temprano frente al edificio de los juzgados para dar el primer titular del día: la llegada a los juzgados del primer imputado, que se produjo a las 08:35 horas. A partir de entonces, las llamadas de teléfono, los 'directos' televisivos y los sobresaltos por la llegada de coches oficiales a la entrada del edificio fueron constantes.

El segundo momento álgido informativo de la jornada se produjo a las 11:20 horas aproximadamente. Entraba otro vehículo policial con un segundo imputado. No dio tiempo a relajarse mucho. A toda prisa los fotógrafos se colocaron estratégicamente de modo que todos pudieran captar con sus objetivos la llegada sin taparse unos a otros y sin entorpecer el acceso de los vehículos a los juzgados. Los otros coches policiales con los dos detenidos restantes generaron la misma expectación y hubo más de un momento de confusión, ya que, como es lógico, también entraban otros coches al edificio.

Tres de las cuatro declaraciones judiciales tuvieron lugar por la mañana, mientras que la cuarta se aplazó hasta la tarde, por lo que hubo periodistas en la zona hasta pasadas la 19:00 horas, momento en que culminaron los interrogatorios. "¿Esto es lo de los curas?", preguntó más de un curioso, mientras que otros se acercaban a la prensa para opinar libremente y sin tapujos sobre el escándalo.

También algunos letrados, tras acabar sus juicios del día y colgar sus togas, se acercaron a los plumillas para interesarse por el estado de un caso que ha traspasado todas las fronteras al hacerse público que el Papa telefoneó personalmente al primer denunciante para pedirle perdón y mostrarle su apoyo. La gravedad de los hechos denunciados, la detención de miembros de la Iglesia suspendidos de sus funciones por su presunta participación en los mismos y la intervención del Santo Padre justifican el enorme interés mediático suscitado por este caso, que tuvo ayer 'de guardia' a los principales medios informativos del país.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios