Jesús Posada Moreno. presidente del Congreso de los Diputados

"En el PP tenemos que estar más atentos a lo que la gente quiere"

  • Defiende que el partido debe cambiar su modelo para hacerse más cercano a los ciudadanos. Da por hecho que la elección de los dirigentes y candidatos se abrirá a la decisión de los militantes.

Comparte con Mariano Rajoy una amistad de muchos años, complicidad, el humor socarrón y una ambición política camuflada bajo un talante pausado. Soriano de 70 años, es, tras el Rey y el presidente del Gobierno, la tercera autoridad del Estado. Anteriormente fue presidente de Castilla y León y ministro de Administraciones Públicas y de Agricultura, Pesca y Alimentación. La entrevista se desarrolla en la terraza de la casa familiar que, siendo gobernador civil de Huelva, compró en Punta Umbría a principios de los 80. Desde entonces, no ha faltado un solo verano a su cita con la playa. Las elecciones catalanas y generales están a la vuelta de la esquina.

-El panorama electoral ha cambiado y mucho en cuatro años.

-Eso es claro. Lo que sí creo es que el PP va a tener un resultado mejor del que ahora dan las encuestas.

-¿En qué se basa?

-En que los ciudadanos van a valorar todo lo que se ha hecho en estos cuatro años, cómo estaba el país y cómo está ahora. Cuando llegó el PP se hablaba de rescate y ahora somos un modelo. De todas formas, hay partidos nuevos que se han consolidado en las elecciones autonómicas y municipales y serán un factor muy a tener en cuenta.

-¿Han servido Ciudadanos y Podemos para que el PP se ponga las pilas?

-Para lo que no han servido es para que el PP cambiase el rumbo en materia económica. Ese rumbo era y es acertado, ha sido costoso, ha habido que mantenerlo contra viento y marea y ahora está dando sus frutos. Ahora bien, el PP sí ha cambiado, para darse cuenta de que no basta con hacer bien las cosas, sino que tenemos que conseguir que los ciudadanos compartan esa opinión.

-Que no todo es la economía.

-Que no todo es economía, que hay que estar más cercanos a la gente, que hay dar respuestas más rápidas ante determinadas situaciones y que hay que hacer un enorme esfuerzo para decirle a esos ciudadanos que confiaron en nosotros que hemos hecho bien los deberes. Y sí, la aparición de esos nuevos partidos ha sido un revulsivo para el PP, que está contestando con decisiones como el nombramiento de nuevos vicesecretarios para comunicarse de otra forma con los medios y los ciudadanos.

-También ha servido para rejuvenecerlo.

-Claro. El PP, como gran partido que ha sido, es y aspira a seguir siendo, debe ser una conjunción de generaciones. Es necesario que otras caras y con otra edad asuman el papel de voz del partido. Eso es positivo.

-Ustedes subrayan mucho, y es lógico, la recuperación económica. Sin embargo, ¿no han abandonado la vertiente social?

-Creo sinceramente que no. Se han hecho reformas muy dolorosas, como la laboral, pero que todos han reconocido que era necesaria porque sin ella hubiera sido imposible avanzar. No cabe duda de que la crisis, que ha sido muy profunda, ha dejado a algunas personas en el camino.

-Es duro oírle decir eso, con esa crudeza.

-Es que no hay nada más que ver el paro, que sigue en unos niveles muy altos y hay que reconocerlo así. Es ahora cuando se empieza a crear empleo porque estamos en el buen camino.

-A ello se unen los recortes en materia social, especialmente en los ámbitos educativo y sanitario. ¿Tendrán marcha atrás?

-No lo sé, sinceramente. Tendremos que ver los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, pero los recortes en materia sanitaria, que los ha habido, han sido mínimos.

-Hay datos que dicen lo contrario. Ahí está el aumento espectacular de las listas de espera.

-Ya, pero hemos mantenido la sanidad y la educación como servicios universales y gratuitos. Las pensiones, que son un elemento clave de nuestro sistema social, han mantenido el poder adquisitivo gracias a un IPC muy bajo o negativo. Y los funcionarios, a los que se les ha congelado el salario y retirado una paga extra, han hecho un sacrificio enorme. Y espero que se les devuelva.

-Volvamos a los nuevos partidos. ¿Qué le parece la irrupción de Ciudadanos y Podemos?

-Como presidente del Congreso he sido y debo ser prudente y respetuoso con la posición de cada cual. Creo ser ecuánime. Son los ciudadanos quienes premian o castigan a los partidos. Si alguien piensa que estos partidos defienden y representan sus valores, pues hace muy bien votándoles.

-¿La presencia de ambos partidos es síntoma de las carencias de los existentes hasta ahora?

-Que aparezcan nuevos partidos es una cosa saludable y lógica. Indudablemente eso indica que, para muchas personas, los partidos que hemos tenido la responsabilidad de gobernar no lo hemos hecho bien.

-¿Es un problema de fondo o de formas?

-En nuestro caso, creo que es un problema de formas. En el PP hemos reaccionado y también en el PSOE. Es lo que coloquialmente se dice ponerse las pilas. Está claro que hay electores desencantados de ambos partidos que no nos consideran adecuados para representarles.

-¿Errores de comunicación?

-No solo eso. Es también lo que se comunica. No se trata de contar mejor lo que hacemos, sino de estar atentos a lo que la gente quiere y le preocupa. Hay cosas que no hacemos porque no se puede, pero hay que explicarlo. Hay que tener una relación más profunda con los ciudadanos.

-¿Se siente el PP maltratado por los medios de comunicación?

-No, no se trata de eso. Cuando el partido quiere comunicar algo lo hace sin problemas. Se ha hablado de que si las tertulias nos han hecho daño, pero si la gente las ve es porque quiere y les gustan.

-En el PP, a raíz del descenso electoral en las europeas, andaluzas, municipales y autonómicas, se abrió el debate sobre la apertura a los afiliados de la elección de los candidatos y de los cargos orgánicos. Sin embargo, con Xavier García Albiol en Cataluña ha funcionado de nuevo el dedazo.

-Creo que en el partido ya había una posición muy favorable a ese cambio antes de las municipales. Nuestro sistema ha funcionado bastante bien. Cuando se dice dedazo… Bueno. Pero está claro que el si stema hay que modificarlo porque los militantes lo quieren así. La candidatura del presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, se hizo en una votación abierta a toda la militancia, sin compromisarios. La prueba es que después fue un gran presidente del Gobierno autonómico. Y en el congreso nacional que celebremos en 2106 habrá modificaciones importantes en el sistema de elección del presidente.

-Usted aboga por ello.

-Sí, sí; claro.

-¿Y Rajoy también?

-También, por supuesto. Bauzá lo hizo hace seis o siete años y esa es la dirección. Cómo se concrete la fórmula se verá porque en el PP somos cientos de miles de militantes en toda España, pero el camino es abrir la elección de nuestros cargos internos y candidatos a la militancia.

-¿Qué visión tiene del PP andaluz tras su derrumbe en las elecciones andaluzas y municipales?

-Me considero un cierto conocedor de la política andaluza porque no me he desvinculado de esta tierra. En Andalucía, tras la desaparición de UCD, el PSOE se consolidó como el partido andaluz, de la misma forma que el PP es el partido de Castilla y León. Así son las cosas. Ahora vienen unas elecciones generales muy importantes en las que el PP-A debe volcarse.

-¿Qué opina de Juan Manuel Moreno?


-Tengo una excelente opinión de él, de cuando era diputado y secretario de Estado. Le veo con fuerza… Y queriendo saber adónde va. Eso es muy importante en un sitio como Andalucía donde juega a la contra. Mi impresión es que se está haciendo con las riendas del partido y que su meta está a largo plazo.

-¿Hay que repensar el sistema autonómico? 

-Claramente. Lo más importante es la lealtad institucional: puede uno tener más o menos discrepancias, pero uno no puede utilizar la autonomía contra la nación. Ese es el caso de Cataluña. Tenemos que mejorar el sistema de financiación y ver cómo se garantiza la solidaridad entre territorios sin menoscabo de la suficiencia de recursos para la prestación de servicios públicos. Entiendo que será después de las elecciones cuando se reformará el modelo.

-¿Y a partir de ahora?

 

-Claramente hay que repensar la situación. Lo más importante es la lealtad institucional: puede uno tener más o menos discrepancias, pero uno no puede utilizar la autonomía contra la nación. Ese es el caso de Cataluña. Tenemos que mejorar el sistema de financiación y ver cómo se garantiza la solidaridad entre territorios sin menoscabo de la suficiencia de recursos para la prestación de servicios públicos. Entiendo que será después de las elecciones cuando se reformará el modelo.

-Y como presidente del Congreso, ¿se lo han hecho pasar peor los diputados de Amaiur o Celia Villalobos, jugando en su escaño a un videojuego?

 

-Bueno, esos son pequeños incidentes. Estoy satisfecho con el trabajo que hemos realizado en el Congreso. Amaiur no tenía grupo propio y se integró en el Grupo Mixto junto con 17 partidos más. Y han funcionado bien, de lo cual me siento orgulloso. Al final se ha cumplido lo que me propuse: que ni una sola voz dejara de oírse y que las votaciones reflejasen lo que han elegido los ciudadanos.

-Es todo un mérito que el presidente del Congreso no sea noticia.

-Es un mérito intencionado. Cuando el asesor de prensa me dice “hoy no ha salido nada” , siempre digo: “Magnífico”. Un debate en el que el nombre del presidente no aparece, es un debate bien llevado.  Eso no quita que, a veces, la procesión vaya por dentro.

-¿Queda Rajoy para rato?

-Sí, sí, por supuesto. Es nuestro candidato y confío en que sea elegido presidente.

-Muchos comparan el carácter pausado y tranquilo del presidente del Gobierno con el del presidente del Congreso.

-Si, es verdad, en eso me parezco a él… Bueno, él a mí porque yo soy mayor.

 - Es curioso que en el PP se dé un liderazgo como el de Rajoy tras haber vivido otro tan personalista como el de Aznar.

-Sí. Teniendo ideas muy similares, porque los dos son muy, muy coincidentes en sus convicciones, no cabe duda de que en su forma de comportarse uno es el motor que todo lo lleva adelante y el otro…

-Rajoy es más motor diesel y Aznar, un gasolina.

-Podría ser una buena comparación, sí. (Risas).

-¿Se echa en falta a Aznar?

-Yo diría que sí se le echó en falta los dos primeros años de oposición al gobierno de Zapatero, en 2005 y 2006. Desde entonces, Rajoy se consolidó. Incluso después del congreso del partido de 2008 en el que hubo algún movimiento. Ya como presidente del Gobierno ha demostrado que es un líder que da estabilidad.

-¿Y de Susana Díaz?

 

-La conozco muy poco, pero tengo muy buena impresión de ella. 

-¿Qué le gusta de ella?

-Me gusta que es una mujer firme en sus principios y, en estos momentos y sin entrar en cómo gobierna Andalucía, veo en ella una firme defensa de España. Me parece una cualidad muy importante.

-Con Pedro Sánchez sí ha tenido más relación.

-Sí, es lógico. Hay que ponerse siempre en el lugar de las personas porque cogió el PSOE en un momento difícil. No me gusta que se haya apoyado en Podemos y en partidos afines, y debería dejar claro que una cosa son los acuerdos concretos en algunos ayuntamientos y comunidades y otra lo sustantivo. España necesita de un PSOE que desde la izquierda, de la misma manera que nosotros estamos en la derecha, defiende a España y la Constitución. Debe hacer esfuerzos para no dejarse llevar por los vientos anticonstitucionales.

-¿Le gustaría que Albert Rivera estuviese en el PP?

 

-No, no porque cada uno está donde considera que debe estar. 

-Me refería a su perfil y a sus propuestas.

-Hay propuestas que uno hace desde la oposición que, cuando se llega al gobierno, es difícil, implantarlas. No obstante, francamente, hay cosas que Rivera propone que me parecen bien, como la reforma de la educación. Es una propuesta inteligente y muy seria que nos conviene a todos. Debemos ir a un sistema educativo que funcione durante un periodo de tiempo largo para dar estabilidad al sistema. En materia sanitaria hay recortes, está bien, pero funciona de manera muy similar en todos sitios porque todos estamos de acuerdo en los principios fundamentales.

-Intuyo que Pablo Iglesias no le gusta nada.

-No me gusta, pero entiendo que debe tener la oportunidad de promocionar su partido. No me gusta porque defiendo la Constitución y la Transición. Fue una época magnífica en la que todos cedimos y en la que todos llegamos a acuerdos. Ese el mérito de España. Ese afán revisionista, por dividir entre buenos y malos... Es lo que menos me gusta.

-Usted cree que la historia hará justicia a Juan Carlos I.

-No tengo la menor duda. Ha sido un auténtico benefactor de la sociedad española y así lo reconocerá la historia. Como siempre nos pasa, en el transcurrir de estos años ha habido algunos incidentes que han podido empañar su figura, pero el rey Juan Carlos está afianzado y los españoles le tienen un cariño auténtico. Eso lo he notado cuando he ido con él.

-¿Y el rey actual?

-Tengo que decir, y se lo dije al propio Rey, que en mi dilatada vida política el momento más importante fue cuando proclamé rey a Felipe VI. Le conocía como príncipe y sabía la capacidad que tenía, pero debo decir que me ha sorprendido este primer año de reinado, abriéndose a todos los grupos políticos y adoptando medidas de transparencia en la Casa Real.

-¿Y de mayor, que le gustaría ser a Jesús Posada?

 

-Me gustaría repetir como presidente del Congreso. ¡He probado y me ha gustado! (risas) Es un sitio que tiene incomodidades y dificultades, pero muy importante. Creo que lo he hecho bien.

-¿Cuántas veces le han comparado con Fernando Romay?

 

-Muchas, muchas. Una vez Romay hizo de mí, de presidente del Congreso, en un programa muy bueno de José Mota. Le llamé para felicitarle. Es verdad que ha habido mucha gente que me ha visto y estaba convencida de que yo era Romay. Un día yo iba andando por la Castellana y, de repente, se para un coche y se baja un tío del coche: “¡Romay, Romay!”. Me vi en la obligación de decirle adiós para no defraudarle.

 

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