1 años sin Lara

En un planeta de palabras bien escritas

  • El legado empresarial, social, literario y humano de José Manuel Lara Bosch reviste, en el primer aniversario de su muerte, una intensa actualidad.

AL cumplirse hoy justamente un año del fallecimiento en Barcelona de José Manuel Lara Bosch, presidente del Grupo Planeta y de Atresmedia Corporación, así como II Marqués de El Pedroso de Lara, título que recuerda su vínculo con la localidad sevillana donde naciera su padre y fundador de la dinastía editorial, José Manuel Lara Hernández, la actualidad de los debates que el empresario planteó resulta más acuciante si cabe. En sus últimas comparecencias públicas, vinculadas de manera especial a la presentación en octubre del Premio Planeta de novela, Lara Bosch se pronunció, con sinceridad y llaneza, sobre cuestiones como la unidad de España, la independencia de Cataluña o la desafección del empresariado catalán por las políticas económicas del Gobierno central. Aunque no menos eco obtuvieron sus pronunciamientos contra la piratería y en defensa de la propiedad intelectual, así como su apasionada opinión sobre las sombras que detectaba en la legislación que en materia de derechos de autor preparaba el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Hombre lúcido y bien dispuesto para el debate, el artífice del mayor grupo español de comunicación nunca esquivó las grandes cuestiones políticas, sociales y económicas de su tiempo, de ahí que en su círculo de amigos y allegados se incluyeran no pocos de los empresarios y dirigentes más importantes del país a principios del siglo XXI. Muchos de ellos se han sumado al homenaje que le brinda el Grupo Joly en estas páginas, donde comparten con los lectores sus recuerdos, anécdotas, memorias y, sobre todo, su valoración del legado humano y empresarial de José Manuel Lara y su nostalgia por alguien capaz de arrojar luz en tiempos de incertidumbre.

La vocación de servicio público de Lara Bosch -un aspecto al que se refieren aquí sin excepción tanto presidentes de las principales corporaciones del país como la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz- no opaca, sin embargo, el latido primigenio de su obra empresarial: el amor por la palabra bien escrita. José Manuel Lara Bosch multiplicó el negocio que heredó de su padre y construyó un imperio sobre una base tan sólida como lo es la lengua de Cervantes. Conocía por sus nombres a los miles de autores de su catálogo. Sus intuiciones de los últimos años, como prueban su apuesta por las escritoras María Dueñas y Dolores Redondo, ambas líderes en ventas, o su orgullo por la excelencia de Seix Barral, donde se publicó el último Premio Nacional de Narrativa -La buena reputación, del aragonés afincado en Barcelona Ignacio Martínez de Pisón-, son sólo algunos ejemplos que ilustran cómo, tras este hombre al que tantos elogian y añoran, se encontraba un lector vocacional que creía en la palabra por encima de todo.

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