La selección española inicia su corta visita de dos días a Panamá en medio de un debate profundo sobre la utilidad del amistoso que jugará mañana ante el combinado local. No hay forma de poner de acuerdo a todos sobre la idoneidad del amistoso. Mientras el seleccionador español, Vicente del Bosque, se esfuerza por defender la utilidad del choque, algunos de sus propios jugadores lo discuten.

Al frente de ese grupo de "disconformes" se sitúa Cesc. "El viaje y el partido ante Panamá es a mitad de temporada y no es del todo agradecido", dijo, antes de añadir con gesto contrariado: "El próximo encuentro oficial es en febrero y no sirve de nada como preparación, pero habrá que hacerlo de la mejor manera...".

La prensa española también tiene dudas sobre la utilidad del choque y a ello dedicó buena parte de las preguntas a Del Bosque en la rueda de prensa que dio el viernes. Uno de los argumentos fue el largo vuelo, pero Del Bosque se defendió así: "En cualquier viaje que hagamos en Europa llegamos a las cinco de la mañana sin dormir. Luego los jugadores casi no tienen ese sueño bien cogido. Sin embargo, cuando vamos a América vienen dormidos y descansados, y a las 11 de la mañana cada uno está en disposición de ir a sus clubes".

Para Del Bosque no hay citas inservibles y uno de sus argumentos es que la selección española está obligada a llevar sus valores y expandir su buena imagen de deportistas por todo el mundo.

"Este partido, que puede ser amistoso, no deja de ser internacional, y tenemos que dar lo mejor de nuestra imagen. Son jugadores que esperan verlos en todo el mundo. Los Iniesta, Cesc o Villa son chavales que, más allá del aprecio que tenemos, los quieren ver en todo el mundo", dice Del Bosque.

Será la primera vez que se enfrenten las selecciones absolutas de España y Panamá. En juego estará la Copa V Centenario, que conmemora los 500 años del descubrimiento del Océano Pacífico.

Panamá se encuentra en la posición 46 del ranking FIFA y ya ha logrado una de las plazas para el hexagonal clasificatorio de la CONCACAF para la Copa Mundial de Brasil 2014. Al frente de la selección se sitúa Julio César Dely Valdés, ex jugador de Oviedo y Málaga, y nacionalizado español.

La expedición española está encabezada por Ángel Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) e impulsor de la idea del viaje. No sólo por imagen, sino también por dinero: según el diario digital El Confidencial, la Federación solicita 4,5 millones de euros por partido.

Y mientras la selección de Del Bosque luce en Panamá su estrella de campeona del mundo y la RFEF ingresa unos cuantos millones de euros, por contraste España estará paralizada por una huelga general en protesta por los recortes sociales en el contexto de la crisis económica que sufre el país.