Otro gigante cayó el domingo ante la Unión Deportiva Almería B. El filial, centrado y al cien por cien, es un rival difícil de batir, sobre todo en campos de grandes dimensiones como el Francisco Artés Carrasco, donde esta pasada jornada sumó los tres puntos ante el segundo clasificado, un La Hoya Lorca que sufrió en sus carnes la intensidad rojiblanca sobre el terreno de juego, como ya lo hiceron en jornadas anteriores esta temporada otros gallitos como Cartagena o Cádiz.

No cabe duda que el conjunto almeriense llega a esta recta final del campeonato, en la que se juega la permanencia, en un estado de forma, tanto física como mental, excelente. Los resultados cosechados en los dos últimos meses así lo corroboran, mejorando notablemente los números realizados durante toda la primera vuelta. Cada jornada que pasa, y en las que el Almería B afortunadamente sigue dando pasos hacia su meta de la salvación, va quedando más que claro que la decisión de mover ficha en Navidad para dar un giro a la situación del equipo fue muy acertada. Ha tardado el filial en poder encadenar dos victorias consecutivas, pero desde la llegada de Miguel Rivera ha logrado casi el doble de triunfos (7) que los que llevaba en su casillero después de todo el primer tramo liguero (4).

El pasado mes de marzo, el conjunto rojiblanco sumó tres victorias y un empate, sufriendo solamente una derrota. En abril, por el momento, los de Rivera han conseguido dos derrotas, en estas dos últimas jornadas, precedidas del tropiezo en El Palo (2-0). Dos partidos perdidos en los ocho últimos disputados. Una cifra más que positiva si se compara con los números del filial en la primera vuelta, donde las rachas positivas brillaron por su ausencia. El equipo ha conseguido lo que se esperaba, reaccionar y llegar a las últimas jornadas dependiendo de sí mismo para conseguir la permanencia. Además, encarará los tres partidos que le quedan con la motivación por las nubes. Este fin de semana recibe al líder, un Albacete que quiere proclamarse campeón en el Mediterráneo pero al que le espera un filial enchufado.