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Novena y media

  • Unicaja juega hoy para alzarse con la décima (19:00)

En el Moisés Ruiz ayer olió a décima. Unicaja Almería dio una auténtica exhibición de garra, de carácter, de gallardía. Todos esos valores que lo han llevado a lo más alto del voleibol nacional y de los que ha tenido que echar mano para acabar, o por lo menos para hacer tambalear, el reinado de un Teruel, que incluso trató de debilitar a los almerienses con el fichaje de Viciana. Pero ni por ésas. Unicaja tiene alma, tiene corazón y tiene un entrenador que es un fenómeno.

El partido de ayer, partidazo, es de ésos que se quedarán grabados en la retina si esta tarde cae el título. Una remontada heróica, más de dos horas y media en las que los almerienses estuvieron contra las cuerdas, pero sabían que no podían caer sin batallar. Y eso no se lo esperaban los de Novillo, creían que ya tenían a los ahorradores con el verdugo puesto y listos para ser ejecutados, pero se escaparon de la horca y al final no sólo salvaron su cabeza, sino que ahora mismo son los naranjas los que tienen la espada de Damocles sobre su cabeza.

Molducci y sus pupilos ya tienen cogida una de las asas de la décima Superliga, pero todavía pesa mucho y se les puede escapar. Por eso esta tarde a las siete tienen que derrochar todo su empeño en dejar de nuevo a los de Novillo con la misma cara de ayer. Cuando la afición naranja, fiel como siempre, todo un ejemplo, ya veía que iban a darle la vuelta a la eliminatoria porque se habían puesto 1-2 en el partido, Almería sacó ese carácter intrínseco a Unicaja. Molducci leyó perfectamente, algo para nada novedoso, el encuentro cuando más complicado estaba, dio balones a Almansa y los aragoneses dudaron como nunca.

Teruel le tenía la medida cogida a Rocamora hasta el tercer set, pero la entrada del capitán los descolocó. Además, los primeros tiempos de Bugallo empezaron a ser demoledores y Raúl Muñoz le fue comiendo la moral a otro exahorrador, Barcala. Paso a paso, punto a punto, palma a palma, Unicaja se fue acercando al tie break y lo forzó, ante la desesperación visitante que, al igual que el año pasado, daba señales de nerviosismo e inseguridad.

Todo se fue al quinto set. Era el momento de jugársela. Todo a una carta, la ocasión lo merecía. Teruel comenzó por delante y Unicaja, agazapado, siguió a lo suyo, conscientes de que hay veces que el deporte es justo. Y ayer lo fue. Los ahorradores defendieron como jabatos lo que les costaba atacar como jugadores humildes. Y un remate de Raúl Muñoz, tocado por el bloqueo, se convirtió en el 15-13 que significa... la novena y media Superliga.

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