Antonio Alcaraz. Jugador del CFS montesinos Jumilla

'Palermo', primer almeriense en la máxima categoría nacional

El pasado 13 de septiembre estará en la memoria de Antonio Alcaraz Martín de por vida. Fue el día de su debut en la Primera División de la Liga Nacional de Fútbol Sala, convirtiéndose a sus 21 años de edad en el primer almeriense que milita en la máxima competición española. Conocido en el mundo futbolístico como Palermo, el ala criado en El Quemadero se marchó este pasado verano al CFS Montesinos Jumilla, equipo con el que incluso ya ha inaugurado su cuenta goleadora particular.

"Al finalizar la temporada pasada mi entrenador me dijo que estaban interesados en Jumilla. Estoy viviendo una experiencia inolvidable. Es el comienzo de algo que siempre he querido. Estoy muy bien en Jumilla y espero que siga así. Es un orgullo ser el primer almeriense en jugar en esta categoría, pero espero no ser el último, ojalá muchos más jugadores de Almería tengan esta oportunidad", decía ayer Palermo a este diario durante una entrevista en la que recalcó sus orígenes. El joven jugador ha pasado en tres años de jugar en competiciones locales, casi como un hobby, a ser un futbolista profesional en una de las competiciones más potentes del mundo de la disciplina futbolística sobre la pista. Hasta los 16 años de edad, Antonio Alcaraz jugó en el CD Santo, club al que le tiene un cariño muy especial y en el que asegura que pasó "los mejores momentos como jugador". Posteriormente pasaría por Vícar (2ª B), Golazo (1ªB) y Bayyana (2ªB), antes de llegar a Jumilla.

"Poco a poco me voy acostumbrando a esto. Llevo dos años nada más jugando de forma federada prácticamente. De una forma más profesional, digamos", admite el zurdo, que se considera un jugador "ofensivo, con habilidad en uno contra uno y con un buen golpeo de balón". Por el momento se han disputad tres jornadas de competición y, a pesar de que su equipo no ha comenzado la temporada con buen pie, Palermo está disfrutando de la experiencia de jugar en la máxima categoría nacional.

Debutó el 13 de septiembre ante Peñíscola, en un duelo que su equipo perdió por 2-1. En el segundo duelo del curso, aunque también perdió Jumilla (ante Palma por 5-6), el almeriense se marchó con un buen recuerdo, el de haber logrado su primer gol en la Primera División. En la tercera jornada, y última disputada por ahora, su equipo tampoco encontró la senda de los buenos resultados y cayó en casa de Magna Navarra por un resultado de 6-2. Su próximo compromiso liguero será este sábado, en casa, ante Zaragoza, donde Jumilla buscará el primer triunfo de la campaña para que el equipo, además de empezar a escalar posiciones en la tabla clasificatoria, pueda coger confianza y moral para los encuentros venideros.

Las victorias llegarán, tarde o temprano. Es un equipo joven, con caras nuevas y necesita adaptarse. Hay que ser optimistas y queda mucha temporada por delante para crecer e ir a más. Pero pase lo que pase hasta final de curso, lo que está claro es que Antonio Alcaraz vivirá una aventura inolvidable, la de jugar en la elite, que le servirá para forjarse como un jugador profesional y seguir llevando el nombre de Almería por los más famosos pabellones del fútbol sala nacional, donde le conocerán como ese joven jugador de barrio al que las madres de sus compañeros de la infancia apodaron Palermo.

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