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El Almería llega vivo a la última jornada

  • Dos cabezazos de Kalu Uche y Morcillo sirven para derrotar a un combativo Mirandés que cometió sendos despistes defensivos en los goles Los rojiblancos se la jugarán ante un Córdoba que busca el play-off de ascenso

Todo o nada en 90 minutos. Es lo que se vivirá en El Arcángel de Córdoba el próximo sábado a las ocho y media de la tarde. La temporada y quién sabe si el futuro del club en el aire en la última jornada del campeonato. Lo bueno del asunto es que el Almería llegará dependiendo de sí mismo para eludir la parca del descenso; lo malo que el conjunto califal busca la promoción de ascenso (le basta con sumar un punto).

Será un colofón de infarto para un curso vivido de agonía en agonía y con sufrimiento perpetuo. Porque ayer no faltó la dosis habitual pese a que no pocos se las prometían felices al ver que el Mirandés sobre el campo solo tenía el honor en juego, pero en los equipos de Terrazas ahí radica el mayor peligro.

Los castellanos fueron inusitadamente combativos, pero a la hora de la verdad defendieron las acciones a balón parado como niños en un patio de colegio. El Almería pudo respirar gracias a eso, a dos acciones a pelota quieta en las que los rematadores no encontraron a ningún adversario en su camino.

El primer gol local llegaba por esa vía en una jugada de estrategia que ha debido estar ensayada estos días en los entrenamientos por Soriano viendo la insistencia con la que los córners se lanzaron buscando en el primer palo la altura de Saveljich y el buen salto de Kalu Uche.

Dubarbier lo sacó a pedir de boca, Eguaras, que tapaba el primer palo, extrañamente no hace ni por saltar y el meta Raúl se ve entorpecido por el argentino y el nigeriano, que finalmente es quien cabecea el balón al fondo de la red.

El Almería se adelantaba a los ocho minutos de juego y en los instantes siguientes tuvo bastante controlado el partido, a excepción de una acción visitante en el ecuador del primer acto en la que Provencio dribla a Casto y Saveljich aparece salvador para cortar.

Pozo aparecía en el frente de ataque con su habitual desparpajo y Zongo trillaba su banda cual cosechadora industrial, pero al burkinés le falla la definición y el control del balón. En veinte minutos se sucedieron varias ocasiones de gol entre las que hay que reseñar un disparo raso y cruzado de Pozo que se marchaba fuera, un centro de Zongo al que no llegaba por poco Quique en boca de gol, un robo de balón de Zongo para montar una contra que luego estropeaba al fallar el pase final o un centro envenenado de Dubarbier al segundo palo que Zongo no acertaba a rematar.

Viendo el despliegue de la primera mitad nadie sospechaba que el Almería se apocaría tanto en la segunda ni que el Mirandés saliera revitalizado y quién sabe si vitaminado.

Los de Terrazas dieron un primer aviso serio por medio de Álex García con un disparo de diestra tras recorte en la frontal del área que llegaba manso a Casto. El propio Álex García iba a cabecear un par de minutos después un buen servicio desde banda comiéndole la tostada a Ximo, que apenas saltó si quiera para hacerle pantalla en un remate abajo y ajustado al palo.

Un sudor frío recorrió entonces el Mediterráneo y la angustia aumentó en sucesivas dentelladas del Mirandés con un mano a mano de Néstor que Casto saca con la cara y un corte providencial de Morcillo ante Provencio.

Cuando peor pintaba el cuadro Pozo puso una falta al segundo palo y allí se coló Morcillo sin que nadie lo persiguiera para batir a Raúl teniendo tiempo de tomarse el té antes de cabecear. El Mirandés no bajó los brazos, pero entonces emergió la figura de Casto para salvar una volea de Abdón y un córner olímpico envenenado. Hay vida, hay esperanza.

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