Sobre el terreno de juego los dos se entendían a la perfección y ahora que uno manda en el banquillo y el otro es la voz autorizada del vestuario la sintonía sigue en pie. Corona vino para aportar sosiego en momentos de zozobra y ayer quiso salir a la palestra justo para eso, para ofrecer un punto de cordura.

No es habitual que un jugador lesionado comparezca ante los medios si no hay expectativas reales de que pueda ser de la partida en la siguiente jornada (como era el caso), pero el talaverano tiró de brazalete para echarle un cable a su compañero y amigo Fernando Soriano.

El discurso de ambos es unívoco y, salvo matices, gira en torno a la necesidad de asumir la verdad actual de la UD Almería, que difiere bastante de la vivida el curso pasado. Para ello hizo un llamamiento a frenar el nerviosismo imperante recurriendo al símil de que la ecuación entre la realidad y las expectativas generadas es la que suele reportar la felicidad, sin dudar en exponer cifras para refrendar su argumentario: "No hay motivos para estar nerviosos. El curso pasado pesa mucho, incluso en el vestuario porque tras el partido de Oviedo y pese al gran primer tiempo que se hizo algunos decían que ya era igual que el año pasado. A lo mejor el entorno tiene eso en la cabeza y por eso esa ansiedad y nerviosismo. Con argumentos objetivos no hay motivo y es mi opinión personal. Seguimos teniendo en la cabeza que de 8 años hemos estado 6 en Primera, pero la realidad es que somos de Segunda y en cuanto a presupuesto y potencial económico no estamos ni entre los diez primeros. También hay diez equipos históricos de Primera que están por delante nuestro y compiten con nosotros. Por eso no hay motivos objetivos para ese nerviosismo y no sé a qué responde. Intentaremos mandar tranquilidad y ser realistas".

Corona aclaraba en su exposición que esta vez nadie ha puesto el ascenso como meta: "Una autocrítica sincera es que el año pasado se nos acusó de vender otra cosa, pero este año hemos sido muy tajantes, directos y claros en que los objetivos y la perspectiva del equipo no es otra que la permanencia cuanto antes. Con estos ingredientes, en la jornada 7 no hay datos objetivos para nerviosismo y ansiedad".

En la misma línea que su técnico, no en vano compartieron pupitre en el curso de entrenadores, Corona constriñe a 45 minutos ante el Tenerife los males del equipo: "Se nos puede exigir no hacer un partido como el del Tenerife, 100% de acuerdo, pero que a las primeras de cambio contra el Lugo haya run-run, rumores y algún pito, en mi opinión no ha lugar. Pero es cierto que esto es de todos".

En ese análisis se dibuja también la idea coincidente con las tesis de Soriano de que la goleada en La Condomina obedeció a momentos puntuales: "La goleada de Murcia es abultada, es innegable, pero se compite bien hasta que nos quedamos con uno menos, además de que empatamos en una jugada anulada en la que ni siquiera los jugadores del UCAM saben lo que pasa. Luego se pierde el norte y se hace una brecha grande que duele y escuece mucho".

El capitán rojiblanco tampoco comprende que un sector de la grada haya centrado ya su ira en los futbolistas al grito de 'jugadores mercenarios': "Otras ocasiones se focaliza en un solo jugador, este es el circo. A veces se pide la 'muerte' del gladiador de turno y otras se mira al César porque no están conformes con su decisión. La grada tiene su libertada para expresarse sobre quien elija, pero en la jornada 7 no hay mucho motivo para mostrarse en desacuerdo ni con el entrenador ni con los jugadores, mucho menos con gritos de ese tono".

Sus últimas palabras fueron para valorar las declaraciones de Alfonso García tras jugar en Murcia en relación al escaso nivel mostrado por compañeros del curso pasado que se querían ir este verano [en clara alusión a los casos de Quique González y Ximo Navarro]: "Alfonso es muy visceral cuando acaban los partidos y todos hemos pasado por su criterio exigente. Más allá de eso, no sé a quién se quiere referir, porque todos están centrados en que este es su equipo y no puede dormirse en los laureles. Hace sus llamadas de atención y vienen cargadas de bondad, no de lo contrario". Si alguien dudaba aún de por qué se firmó a Corona, puede ir tomando nota de este papel de bombero apagafuegos que pocos como él saben realizar.