Ni se le ha subido a la cabeza, ni va de estrella. Pozo es un jugador joven, con una calidad que le hará triunfar en el fútbol, pero a día de hoy es un humilde futbolista que lucha con el Almería por no descender a Segunda División B. Otros, ya la temporada pasada, se habrían bajado del carro (ya hubo ejemplos en años anteriores, incluso en Primera División); él, en cambio, pide sitio a base de asistencias y rebaja tensiones cuando se le pone un micrófono delante.

Nada más ser sustituido en la segunda parte del partido ante el Nástic de Tarragona, el mediapunta ya supo que el asunto iba a traer colas. A la gente no le gustó para nada que se marchara al banquillo, con el partido todavía sin resolver. Pozo relativizana las cosas en la tertulia de Diario de Almería y Onda Cero en Tango Restaurante. "El tema de los pitos es algo extraño, la afición quería que siguiera en el campo y el entrenador piensa que lo mejor para el equipo es que salga Juanjo. Salí contento del partido con mi trabajo y por el apoyo de la gente. Y también con mi entrenador, que me felicitó al marcharme", indice el malagueño, para posteriormente explicar que "no hay caso Pozo. Yo soy un futbolista como otro cualquiera de la plantilla, que me tengo que ganar el puesto día a día en los entrenamientos y en los partidos cuando juego. No hay caso Pozo, no hay ningún problema entre el entrenador y yo, nunca lo ha habido y no lo habrá porque tenemos una relación cordial tanto en los profesional como en lo personal. Siempre se ha portado muy bien conmigo".

Si bien el centrocampista le echó un capotazo importante a su técnico, lo que no comparte es la opinión que mostró éste en la rueda de prensa al finalizar el choque del domingo. Soriano dijo que los medios de comunicación le hacían un flaco favor a su futbolista al pedir públicamente su titularidad. "A mí lo que me afecta es no jugar, todos trabajamos para jugar y no para estar en el banquillo o en la grada. Lo que se genera a partir de ahí, no me preocupa, yo lo que tengo que hacer es trabajar para disputar minutos. Cada vez que salto a un terreno de juego soy feliz", fueron las palabras sinceras. O Pozo miente muy bien y se está frotando las manos con la situación, que no lo parece ni remotamente, o realmente está implicado cien por cien en un proyecto en el que no hay estrellas y que depende de todos que llegue a buen puerto. Eso sí, en cualquier tripulación hay capitanes y marineros, y el malagueño acepta su rol y trata de poner su calidad a disposición de todos.

"Siempre que salgo al campo, doy el cien por cien, intento darle lo mejor al equipo. Decir que he hecho méritos para ser titular, lo mismo es desprestigiar a otro compañero. No es mi función, es el entrenador quien debe decir quién va a jugar", palabras que demuestran a la perfección lo bien estructurada que está su mente. Además, ante el Nástic demostró que siempre da todo lo que tiene. El primer gol viene de un balón imposible recuperado con su cabeza a ras de césped y que salió el lunes en todos los telediarios. "Es un balón dividio que me rebota y se va al córner. Llego muy forzado, me tiro y la salvo con los pies, pero veo que no se frena y como me pilla la cabeza cerca, le doy un toquecito para que no salga. Ya pongo el centro, Joaquín la peina y Puertas remata".

Sea titular a partir de ahora o siga contando con excasos minutos, Pozo es sincero y explica que no en todos los partidos va a ser capaz de salir casi al final y resolver como hizo la temporada pasada ante Albacete u Osasuna. "Aquello no se puede repetir en todos los partidos, hay que tener la suerte de que te caiga el balón, te salga bien la jugada y que entre. Yo lo que quiero es jugar de inicio, pero si le preguntas a cada profesional de la plantilla, te va a decir lo mismo", fue la sentencia final a una gran entrevista.