Deportes

La comida de la discordia

  • El pasado jueves plantilla y cuerpo técnico se citaron en un restaurante para intentar enderezar el rumbo tras la derrota en Pamplona. Allí, los capitanes del equipo pidieron a Arconada que dimitiera

QUIZÁS muchos de los que silbaron ayer al técnico y le pidieron su dimisión cambien de opinión cuando conozcan lo que hay detrás de una derrota que ya el sábado por la noche se rumoreaba y anunciaba. Jueves 27 de Noviembre. La plantilla y el cuerpo técnico rojiblanco se citaron en un restaurante, pongámosle 'Restaurante X', con el fin de buscar soluciones al bache por el que atraviesa el Almería.

En ese escenario el técnico, Gonzalo Arconada, pregunta a sus jugadores que cosas pueden hacer para mejorar el equipo, a lo que los capitanes le responden que lo mejor es que dimita. El entrenador, sorprendido ante tal aseveración, abandona el lugar. Gonzalo Arconada está sólo en el vestuario y encima el presidente de la entidad, Alfonso García, se ha alineado con los jugadores, ya que le ha llegado a insinuar al entrenador que no lo cesa porque no tiene dinero, a pesar de que ya ha perdido la confianza en él.

Esa misma tarde, un jugador defensor del técnico casi llega a las manos con uno del sector crítico, como muestra de la desunión reinante en la caseta del conjunto almeriense, que da una imagen de puertas hacia fuera, cuando la realidad es otra bien distinta.

El vestuario del Almería es una bomba de relojería desde el comienzo de la pretemporada, a mediados de julio. Arconada no supo ganarse a sus nuevos jugadores, que tenían una jerarquía preestablecida desde hace años, ya desde la etapa de Paco Flores. Aquí comienzan los problemas del técnico vasco, cuyos métodos están siendo muy criticados por el núcleo duro de la plantilla rojiblanca desde entonces.

Arconada, que en un principio no dio su brazo a torcer, también ha cometido otros errores evidentes a lo largo del año. Alineaciones, sustituciones, decisiones... El entrenador rojiblanco ha dado varios palos de ciego este año, también presionado por un entorno anclado en el recuerdo de la etapa de Unai Emery y que no perdona la más mínima a un Arconada que, desde que empezó la liga, no ha tenido al Almería en puestos de descenso y, además, sus números mejoran, a estas alturas del campeonato, a los del equipo almeriense con Emery al cargo.

Eso importa poco al 'lobby' del vestuario, formado por una serie de jugadores que tienen el mismo vínculo y otros que se han unido, y que parecen estar más pendientes de los fracasos que de los éxitos de esta nueva etapa.

La situación es insostenible y la dinámica del equipo no invita al optimismo. El Almería necesita una reacción inminente porque, en la situación actual, con el vestuario dividido, con la directiva sin confianza (ni dinero) y una afición demasiado exigente e intransigente, como caiga en descenso, puede no salir de ahí en el resto del año.

Visto lo visto, ¿alguien cree que es posible ganar un partido de liga con el vestuario roto?

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios