El judo es uno de esos deportes que en los últimos Juegos Olímpicos prácticamente siempre nos ha dado alguna alegría, en concepto de medalla, sobre todo en categoría femenina. Isabel Fernández, abanderada olímpica española en Atenas 2004, ha marcado a una generación de jóvenes judokas que ahora quieren imitar sus hitos deportivos en esta bello arte marcial.

El Colegio almeriense Saladares puso en marcha hace catorce años una Escuela Deportiva de Judo que, poco a poco, ha ido creciendo. Hoy por hoy, casi un centenar de los alumnos del centro practican este deporte, que también cuenta desde este curso con amantes en el Altaduna, el colegio femenino.

Los profesores tienen un seguimiento particular de los jóvenes judokas, que van desde los seis a los dieciocho años, tanto en el apartado deportivo como en el educativo. De hecho, una de las becas que condece el Consejo Superior de Deportes premia el resultado deportivo y el expediente académico.

Los más jóvenes se fijan en Jaime Martul (cinturón negro) y en Francisco Javier Ramón (cinturón marrón), dos alumnos del Saladares que, además de entrenar, también ejercen de profesores con la cantera. Algunos de los títulos conseguidos por los judokas del Saladares han sido Campeonatos y Ránking de Andalucía, Campeonatos Internacionales y el Campeonato de España el pasado 2008. Además, ahora se están preparando para un nuevo Campeonato de España y un Internacional en Toledo.

Por otra parte, en este mes de julio van a desarrollar una buena iniciativa educativa. El Saladares va a organizar un Campo de Verano de Judo y Bilingüe, en el que, además de practicar este deporte, realizarán actividades como excursiones, senderismo, piragüismo, tiro con arco... Antonio Perales será el director de un campus que de momento cuenta con veintitrés inscritos y cuyo plazo de inscripción se cierra a finales de mayo.