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"No me veo en un Gobierno del PP que vaya a hacer concesiones adicionales a ETA"

  • Ministro de Agricultura y Pesca en el último Gobierno de Aznar, se perfila como uno de los hombres clave en el presunto futuro Gabinete de Mariano Rajoy

Miguel Arias Cañete (Madrid, 1950) se perfila como uno de los hombres fuertes del virtual Gobierno popular. Amigo y personal de total confianza de Mariano Rajoy, suena para las carteras de Agricultura y Asuntos Exteriores, pero él prefiere no darse por enterado y asumir el rol de "uno más" que está trabajando para que su partido logre una "mayoría suficiente" que le permita llevar a cabo "las reformas estructurales que necesita España". Una España que, en su opinión, tiene que apostar principalmente por el turismo y por la exportación.

-¿Estuvo en la manifestación convocada por las víctimas a título personal o en representación de Rajoy?

-Estuve porque tenía que estar. Muchos amigos han caído a manos de los terroristas, y tengo, como ha sido seña de identidad de mi partido, una enorme solidaridad con las víctimas.

-¿La posición del PP en este asunto es la de Rajoy o la de Mayor Oreja?

-La que marca nuestro programa electoral: no vamos a abrir una negociación de carácter político con los terroristas, respetaremos a las víctimas y garantizaremos el cumplimiento de las reglas del Estado de Derecho. Esta colgada en la web del PP para que todos los españoles, incluidos los terroristas, puedan leerla.

-¿Se ve formando parte de un Gobierno que tenga que negociar beneficios penitenciarios para los presos de ETA?

-¿Si me veo formando parte de un Gobierno? Pues no lo sé. Eso sólo lo sabe el presidente Rajoy, que, con total libertad, va a configurar el mejor equipo de hombres y mujeres para afrontar la situación tan compleja en la que se halla nuestro país. En cuanto al asunto de fondo, la Ley General Penitenciaria está para aplicarla a todos los ciudadanos, con toda la intensidad y beneficios que establece. No veo que el futuro Gobierno del PP vaya a hacer concesiones adicionales a las fijadas en el ordenamiento jurídico.

-El PP promete combatir el paro desde ya. ¿De dónde sacarán los cinco puntos de PIB que aportaba la construcción inmobiliaria?

-España tiene que apostar en estos momentos por el turismo y la exportación. Hay que insistir en la internacionalización de nuestras empresas, empezando por el sector agroalimentario. Y no podemos olvidarnos de la innovación en las pequeñas y medianas empresas para que sean más competitivas y más productivas. Si apoyamos a estos empresarios, haciendo que los canales de créditos vuelvan a fluir y reduciendo su fiscalidad, es probable que se dinamice el mercado laboral, que hay que flexiblizar con reformas muy profundas.

-¿Qué van a hacer para que los bancos vuelvan a prestar dinero a familias y empresas?

-Hay que hacer dos actuaciones en paralelo: por un lado, las administraciones públicas deben someterse a una austeridad presupuestaria máxima, y hay que culminar el proceso de saneamiento bancario, que todavía no ha concluido.

-¿La bajada de impuestos que ustedes plantean dependerá de la evolución del déficit?

-Dependerá de la evolución de gasto público y del empleo. En la medida en que tengamos más capacidad de recaudación de impuestos directos e indirectos, tendremos más posibilidades de afrontar reducciones. Pero habrá medidas que se pondrán desde el principio en marcha; por ejemplo, el cambio del devengo del IVA hasta que se cobre, o como el establecimiento de la cuenta tributaria para fijar compensaciones así como la reducción de los impuestos de sociedades y de la renta a las pymes y a los autónomos.

-¿La reforma laboral del PP pasará por un nuevo abaratamiento del despido?

-No necesariamente, pero sí por una modificación sustancial de la negociación colectiva. La negociación a nivel de empresa será la que determine las condiciones salariales y las condiciones de trabajo, sin perjuicio de que, además, se simplifiquen los contratos. Lo que no puede haber es una pléyade de contratos laborales diferentes que no hacen sino complicar aún más la situación en un país con tanta temporalidad. Insisto, no necesariamente estamos hablando de abaratar el despido, pero sí de flexibilizar el mercado de trabajo y de modificar también la formación profesional para facilitar la recolocación.

-¿Van a implantar el contrato único con 20 días de indemnización que reclamó la patronal madrileña?

-No. Estamos hablando de reducir las numerosas modalidades de contratación para que nuestro sistema de trabajo sea más comprensible y menos dual, que sólo distingue entre temporales y fijos. Y una pléyade de contratos según los distintos regímenes de la Seguridad Social, que hace la contratación complicadísima.

-¿Van a favorecer los acuerdos para la bajada de salarios?

-Vamos a intentar que las empresas tengan libertad para establecer las condiciones salariales de acuerdo con su capacidad económica. Se trata de que cuando haya una situación de crisis, el ajuste no sólo se haga incrementando el paro.

-Las rentas de capital no tendrán nada que temer, ¿no?

-Vamos a hacer una distinción muy fuerte entre las rentas de capital que se consumen y las rentas que se invierten a largo y medio plazo. Es decir, en la medida que una persona obtenga rentas de su actividad económica y las invierta en sistemas a medio plazo que permitan a los bancos disponer de recursos para financiar a las pequeñas y medianas empresas, tendrá un tratamiento más favorable que aquel que tiene una renta y la gasta en consumirla.

-En cualquier caso, el programa económico del PP va a estar muy condicionado por la crisis que vive Europa, ¿no?

-Pero nosotros tenemos unos problemas estructurales -una altísima tasa de desempleo, la falta de competitividad de nuestras empresas, los mercados laborales muy rígidos y un sistema fiscal que hay que hacer más eficiente-, y estamos obligados a hacer nuestros deberes. Todo ello, siendo conscientes de que cuando hay turbulencias financieras, nos afectan también.

-De todas formas, el frustrado referéndum griego es dantesco…

-Si no acepta la operación de salvamento, la situación económica griega puede ser suicida. Esperemos que los políticos convenzan al pueblo griego de que no hay otra solución que aceptar las condiciones muy favorables de condonación de deuda -nada menos que el 50%- que le han ofrecido.

-¿No se está pasando la UE en los recortes?

-Se ha pasado en el gasto. En España, por ejemplo, de 2008 a 2011, hemos incrementado la deuda en 300.000 millones de euros. Eso no lo han hecho ni las familias ni las empresas, sino las administraciones públicas. Por tanto, ahora tenemos que afinar mucho y eliminar todo lo que no sea eficiente económicamente ni socialmente rentable. Vemos, por ejemplo, la situación dramática del Ayuntamiento de Jerez, que, con más de 950 millones de euros de deuda, tiene unos 24 empleados municipales que cobran más 100.000 euros -alguno llega hasta 180.000-, cuando el presidente del Gobierno gana 78.000 y un ministro, 68.000. Podríamos hablar también del Ayuntamiento de Parla, donde Tomás Gómez ha liado otra parda.

-Se han comprometido ustedes a no recortar ni en educación ni en sanidad ni en asuntos sociales. En Madrid, sin embargo, tienen a los maestros en pie de guerra por los recortes en la enseñanza pública. ¿Cómo lo explica?

-En Madrid no se ha reducido el presupuesto. Sí han aumentado las horas lectivas de los profesores titulares. Esto ha provocado una menor contratación de interinos, pero no una disminución de servicios y de horas lectivas. Hay que hacer más con menos. Pero otra cosa es que la izquierda aproveche la situación para alentar movimientos de protesta.

-¿En qué va a consistir la reforma de la ley del aborto?

-En volver básicamente a la situación anterior a la última reforma del Gobierno socialista.

-¿Va a haber una vuelta atrás también en los matrimonios entre homosexuales?

-No lo sé. El programa no dice nada de ese tema. Pero como está recurrido ante el Tribunal Constitucional habrá que esperar.

-¿Ya no hay excedente en el Ebro para trasvasar Valencia y Murcia?

-Estoy convencido de que en el río Ebro siempre hay excedentes. La prueba está en que cada vez que hay grandes avenidas se producen unas inundaciones espectaculares que generan destrozos y desembalsan en el mar en una semana el equivalente al pantano de Alarcón. Tenemos que ver cómo se respetan los caudales ecológicos e intentar llegar a un gran pacto nacional entre todas las comunidades autónomas sobre los recursos sobrantes.

-¿Aprobar el examen de españolidad será imprescindible para lograr la nacionalidad?

-Conocer los valores constitucionales y tener unas nociones elementales de español es un instrumento que permita más fácilmente la adaptación y la integración. No parece que sea una exigencia desorbitada. En otros países de la UE tienen exámenes similares.

-¿Si es ministro de Agricultura, combatirá la senda que ha tomado la PAC?

-Pues si me tocara la china del Ministerio de Agricultura por segunda vez, pues tendremos que hacer lo que hicimos la vez anterior: defenderla en la UE desde la enorme preocupación de que se ha perdido un año. Ya dijo la ministra que pintaría el ministerio de verde, y no se ha dedicado al campo.

-Se le ve siempre muy cómodo en política internacional, ¿no?

-La agricultura está en Bruselas, que es donde nos jugamos 7.500 millones de euros y el 40% de la renta agraria. Hay que estar allí negociando e intentando influir. Cuando un país es respetado, es más fácil negociar. Cuando se le pierde el respeto, como ha ocurrido últimamente con España, la posición de partida es muy compleja. En 2000, con un presidente del Gobierno como Aznar, con un prestigio espectacular en la UE, era mucho más fácil negociar que ahora.

-¿Se ve como ministro de Asuntos Exteriores?

-No me veo de nada. Mi jefe es una persona absolutamente reservada, y estoy seguro de que hará su Gobierno con independencia y libertad.

-¿Reactivará el PP el foro tripartito de diálogo sobre Gibraltar?

-Más bien volveremos al proceso de Bruselas. Me gusta mucho más la actuación de Piqué que las frivolidades del ministro Moratinos, que ha protagonizado un retroceso histórico en el proceso reivindicativo sobre Gibraltar.

-Esta es la segunda vez que no se presenta por Cádiz. ¿no?

-Sí, ya me hubiera gustado, pero el destino me ha colocado donde me ha colocado.

-Pero no la pierde de vista, ¿no?

-No. Mi casa está en Jerez. Transitoriamente estoy en política en Madrid, pero nada más. He construido el partido en la provincia de Cádiz. De hecho, fui uno de sus grandes impulsores junto a Jesús Mancha y José Ramón del Río. He visto con enorme alegría cómo hemos ido ganando municipio a municipio, empezando en Arcos con Juan Manuel Armario… Ahora, es una enorme satisfacción tener la diputación provincial. Cuando yo llegue al partido teníamos tres concejales. Y, sobre todo, el buen ambiente que hay ahora entre los militantes y los dirigentes; algo que en otras épocas no siempre fue así.

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