España

Fernández no deja resquicios y esgrime el carácter "imperativo" de la resolución

  • Díaz reclama unidad y afirma que con la abstención a Rajoy "no reforzaremos al PP".

Cerró el debate de cuatro horas. Susana Díaz fue la encargada de poner el broche al cónclave de ayer en Ferraz con una intervención que dobló el tiempo marcado por José Blanco. Y la presidenta andaluza, sin citar en ningún momento la palabra abstención -"no repetiremos elecciones y no reforzaremos al PP"-, recordó otras decisiones difíciles adoptadas por el PSOE que después se revelaron como útiles: la reconversión industrial de los años 80, el sí en el referéndum de la OTAN, la política de Zapatero con ETA, que acabó con banda terrorista, aunque al ex presidente le acusaron de "traicionar a los muertos".

 

"Sé cómo se las gasta el PP cuando no gana, algunos lo sufrimos en lo personal  lo familiar, lo utilizan todo", dijo la jefa de los socialistas andaluces, que citó los casos de los ex presidentes Chaves y Griñán. Díaz  apeló a la esencia de su partido  y advirtió que en el PSOE ni unos ni otros son más de izquierdas o de derechas que los demás. Tras estos argumentos reclamó la unidad porque al PSOE le va mucho mejor cuando se presenta unido en los comicios electorales. "Este partido lo que necesita es moral de victoria, unidad, la misma unidad que hemos tenido en decisiones difíciles", sentenció.

 

Por su parte, el presidente de la gestora, Javier Fernández, insistió en que la resolución de abstenerse es un "mandato imperativo" y, por tanto, afecta a todo el Grupo Socialista en el Congreso. "Lo que ha salido del Comité Federal es imperativo. Abstenerse es eso y no irse" de la votación, afirmó el dirigente asturiano en la rueda de prensa posterior a la reunión del máximo órgano del partido entre congresos.

 

Fernández quiso de esta forma despejar las dudas que habían surgido en los últimos días acerca de la posibilidad de que se pudiera plantear una abstención técnica del Grupo Socialista, es decir, que sólo se abstuvieran los 11 diputados que serían necesarias para que la investidura del líder del PP saliera adelante. El presidente de Asturias justificó la decisión adoptada por el Comité Federal recordando que, aunque se deben a sus cinco millones y medio de votantes, los socialistas no ganaron las elecciones de junio y, por tanto, no pueden aplicar su programa. Por tanto, para poder "hacer algo, no todo ni parecido", es siendo "oposición", para lo cual "necesariamente tiene que haber un gobierno".

 

Fernández tiene muy claro que ahora le corresponde a la comisión gestora "persuadir" a todos aquellos diputados que ya han manifestado sus reparos con la abstención ante Rajoy. "Espero que estén receptivos y que digamos que nos abstenemos porque eso es lo que ha decidido el Comité Federal. No veo que tenga que ser algo vergonzante. Abstenerse no es apoyar", remarcó el presidente de la gestora.

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