Salud sin fronteras

Avances y desarrollo

LA genética clínica y la medicina genómica así como la nanomedicina, son áreas de la innovación biomédica en las que se exploran nuevos avances en lo que se ha venido a denominar "terapias avanzadas".

Hace ya un poco más de una década que se comenzó a construir en Andalucía todo un entramado legal e institucional para favorecer e impulsar el desarrollo de terapias avanzadas en la sanidad pública andaluza y beneficiar así a los pacientes.

Llegaron así investigadores de prestigio, surgieron infraestructuras de I+D+i y más de 40 grupos de investigación que poco a poco han ido obteniendo casi 100 registros de propiedad industrial así como una producción científica y tecnológica que ya ofrece algunos resultados esperanzadores.

Independientemente de los avances clínicos que se obtienen para un mejor tratamiento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y otras, las terapias avanzadas aportan de manera colateral elementos para el crecimiento económico y para el necesario cambio de modelo productivo. Y merece la pena señalar que el impulso a las terapias avanzadas requiere una reacción de apoyo en la misma dirección por parte del Ministerio de Sanidad para asegurar que los beneficios en salud que se puedan derivar de estas investigaciones lleguen a todos los españoles. Algo que no está sucediendo en la actualidad.

Por su parte, si nos referimos a la aportación que esta apuesta por las terapias avanzadas puede suponer en el cambio de modelo productivo andaluz y español quiero señalar que tiene un gran potencial que merece ser señalando pero sobre todo, potenciado.

Un ejemplo de lo que significa en este terreno la apuesta por las terapias avanzadas es el hecho de disponer de registros de propiedad intelectual que permiten el retorno económico en el caso de que finalmente, el esfuerzo de investigación se traduzca en una terapia eficaz que además pueda ser comercializada.

Para ello, el trabajo de colaboración con el sector empresarial es imprescindible al tiempo que se tiene que asegurar que nuestros mejores profesionales tengan el apoyo necesario para impulsar los ensayos clínicos que, reuniendo los requisitos imprescindibles, apunten en la dirección de producir avances terapéuticos.

Pero al mismo tiempo, conviene ser prudentes en relación a no anticipar innecesariamente resultados sin la consistencia necesaria. Hay que evitar frustración de expectativas para no generar escepticismo en esta materia.

La colaboración con las organizaciones profesionales y con los profesionales individualmente considerados así como el trabajo conjunto con la universidad es vital para seguir apuntando alto.

Estaremos atentos a los avances que se vayan produciendo en materia de terapias avanzadas y bueno sería que la iniciativa andaluza pudiera tener el máximo apoyo y difusión en el conjunto del país desde un ministerio de sanidad y un ministerio de economía y competitividad con un enfoque más comprometido de lo apreciado en esta última legislatura.

Sería beneficioso para la equidad de todos los españoles y para el desarrollo económico de todo el país.

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