Feria

Mito y leyenda relatados a golpe de teatro y flamenco

  • Fue la última visita del sábado y la más popular, animada y curiosa a la que acudieron más de cien visitantes

Fue la visita guiada con más éxito. Más de 120 personas se apuntaron a El embrujo del Centro Histórico Flamenco, un recorrido que comenzó a las 20:00 horas y que tenía de particular que las leyendas, historias y otras explicaciones de los rincones con más encanto de la ciudad. "El grupo está completo y hemos tenido que decirles que no a mucha gente que ya no podía comprar la entrada", explicó Carmen Hervás, la guía turística junto con Carmen Rosa Plazas.

Rubén Heredia y Javier Gómez eran los encargados de poner fondo flamenco con la guitarra y la caja a la voz de Eva Romero, que con mucho arte, salero y gracia amenizó el recorrido. "Me apunté a esta visita por conocer un poco el centro histórico y sus lugares emblemáticos, y al ser teatro se ameniza y es más interesante", refirió el mallorquín David Martínez. Un grupo de elegantes mujeres , dos granadinas y dos almerienses, explicaban que venían de Granada, no tenían entrada pero les han hecho el favor de hacerles un hueco, y les estaba encantando, "he hecho hace años otras visitas guiadas, pero ninguna como esta", confesó sincera una de ellas, Carmen Berret.

Eva Romero relató a los pies de la Alcazaba la leyenda de la esclava Galiana, esclava del rey musulmán Almutasín, de los que dicen que vagan por las noches sollozando. Otros protagonistas de sus historias fueron los marqueses de Cabra, una trágica historia de la que la cantante expresó con gracia que "el amor es ciego, tonto, sordo y mudo", sobre la joven María José , cuyo matrimonio con el marqués de Cabra la condujo al fracaso, pérdida de todos sus familiares al derribarse su casa y posterior ruina económica.

En la visita se pudo apreciar la valiente presencia de tres personas en silla de ruedas. Una de ellas, Lola García, expresó que se trataba de un reto para ellos, pero merecía la pena porque querían descubrir detalles e historias que los libros no cuentan. La ruta se fue animando a medida que anochecía, y la plaza de la Catedral era testigo de la guitarra y la caja de los músicos y la voz y los bailes de la actriz, que tras varios intentos fallidos de sacar a los hombres de la visita a bailar, finalmente la atrevida fue una italiana con mucho salero. Valentina Martínez, una pequeña vestida de flamenca, no se atrevió a salir al centro del grupo, pero no dejaba de bailar, junto a sus padres cada vez que sonaba el fondo flamenco. Finalizó la visita en el Teatro Cervantes, y luego los más de cien turistas pudieron disfrutar de la Feria de noche.

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